jueves, 16 de julio de 2015

El alma del dragón - Capítulo 9


Estaba sumergido en la niebla, se sentía atrapado en un túnel interminable.  Escuchaba voces familiares, y repentinamente todo se aclaró. Parpadeo y reconoció la plaza del pueblo en el que vivía en el pasado. En ella estaban los niños con los que solía jugar, y repentinamente se vio a si mismo correr con ellos.



- Oh no, creo que he muerto.

La niebla volvió, y un nuevo recuerdo surgió. Estaba en sus clases de magia con Joon en la pequeña casa donde vivían. Vio a Joon sentado de espaldas repasando algún pergamino, los recuerdos vividos en aquel lugar comenzaron a invadirlo. Recordó cuando aprendió a hacer su primer hechizo, su primera pócima y la primera vez que cocinó. Un par de lágrimas surcaron sus mejillas recordando su niñez.

Los recuerdos pasaron a la adolescencia, y su mente lo transporto al bosque cuando buscaba hierbas con Joon.

- Toma esas, hijo.
- ¿Las que tienen los pétalos azules?
- Si, esas.

Rápidamente paso a sus primeros años de adultez, cuando trabajaba junto a Joon para el Rey y sus nobles. Los recuerdos fueron tan escasos y se sintió tan dolido al revivir la muerte de Joon.

Nuevamente quedo sumergido en la niebla, y se sintió perdido. Tan abandonado, tan solo en algún lugar desconocido, y lloró al extrañar a su novio, a Ja Yun y a Joon. Sólo esperaba que lo que había vivido con ellos este último tiempo fuera real.

<<No llores, no estás solo>> dijo un voz, se sobresaltó y busco quien le hablaba. Al no encontrarla se acurruco en un rincón y siguió llorando. <<No sufras >>, volvió a hablar la voz.

- ¿Quién está ahí?
- Soy yo, el dragón.
- Qué haces aquí-
- Somos uno, siempre estoy presente en ti.
- Creí que te liberarías ahora que he muerto.
- No estás muerto, sólo dormido.
- Entonces la maldición nunca se rompió.
- La maldición está rota, pero luego de la última batalla con Dak Ho y la chica estamos atrapados aquí.
- Entonces Yunho es real.
- Muy real.

Se sentó junto al dragón y suspiró frustrado.

- Dónde estamos exactamente.
- En tu mente.
- Ya veo, y cuándo volveremos al mundo real.
- No lo sé, eso puede tardar un tiempo en pasar.
- No me alegra escuchar eso.
- Yo tampoco estoy feliz.
- ¿Cómo es que sabes tantas cosas y yo no? – preguntó Jae al dragón –
- Soy parte de tu subconsciente, y al parecer podemos escuchar todo lo que nos dicen. Pero de los dos soy quien escucha todo.

Estuvieron un momento callados, hasta que el dragón decidió romper el silencio.

- ¿En qué piensas?
- En mi infancia, todas las cosas que viví antes de toda esa locura de la maldición.
- No es necesario que cierres lo ojos y te pierdas en tus recuerdos, sólo debes mirar frente a ti.

Y allí estaban sus recuerdos tan vivos y claros, sentía que podía estirar la mano y tocar el césped que se extendía frente a él.

- Es un lugar hermoso.
- Allí solía llevarme Joon en primavera, era un hermoso prado con coloridas flores.
- Y qué hacían allí.
- Disfrutábamos de momentos de padre e hijo, él fue el único padre que conocí.
- Lo entiendo, te crio desde que eras un bebé.
- No podría pedir un padre mejor.

La brisa movió sus cabellos y el aroma de las flores inundo sus fosas nasales, pensó en Joon y como si le hubiera invocado apreció corriendo junto a una versión infantil suya. El mago mayor lo tomo en sus brazos para que no cayera al suelo, y le hizo cosquillas en la barriga.

- Te veías muy feliz.
- Lo era, fue la mejor niñez que pude pedir.
- ¿Te hubiera gustado conocer a tus padres?
- No, nunca fueron necesarios en mi vida. Puedo asegurar que no habría sido tan feliz como lo fui con Joon.

Observaron al pequeño Jae y a Joon jugando durante un largo rato, y una sonrisa se le escapó al joven mago al ver como Joon hacia aparecer fruta fresca para merendar. Podía recordar el sabor de las manzanas, y el aroma de las uvas.

- Temo no volver a despertar, y quedarme solo con mis recuerdos.
- Es natural temer a lo que desconocemos, a la incertidumbre que provoca este estado. Pero creo firmemente que no ha llegado nuestra hora, aún hay mucho porque vivir.
- Quiero envejecer junto a Yunho, pasar lo que me resta de vida junto a él. Pero no quiero que sea en estas condiciones. –sollozó –
- Encontraremos la manera de volver al mundo consiente.
- Pero mientras encontramos la manera, fuera de aquí está pasando el tiempo. Nadie me asegura que no han pasado ya 10 años.
- Nadie puede hacerlo, pero yo tendría confianza. – lo rodeo con sus alas intentado reconfortarlo –
- Intentare tener fe, intentare salir de aquí.
- Ambos lo haremos.

Ambos comenzaron a caminar por esa blancura interminable, pasando recuerdos de un pasado ya lejano, y también aquellos que fueron creados hace tan poco tiempo.

Recuerdos de besos, abrazos, aromas y suaves caricias llenaban el corazón del muchacho de esperanza y continuaba con alegría su misión.

El tiempo no parecía tener ni principio ni fin en aquel lugar, no amanecía ni anochecía. No podían ver el sol brillar más allá de una remembranza, aquel corazón que en un principio brillaba de dicha ahora parecía opacado. Ya ni el optimista dragón emitía un solo sonido, también había perdido la esperanza.

Algo fue diferente repentinamente, una esquina se tornó más oscura y caminando hacia ella sus corazones se llenaron de amargura. Se acurrucaron juntos en aquel lugar y se dieron calor, sollozaron desesperanzados y permanecieron así largamente.

Nadie puede asegurar cuanto tiempo paso, al menos no ellos que en aquel recóndito lugar de la mente no tenían conciencia del tiempo. Quizá solo habían pasado un par de días, meses o quizá años y quizás ya no había esperanza.

Perdieron el brillo en sus ojos y comenzaron a sentirse atrapados, como si aquel maleficio estuviera de vuelta. No había deseos de venganza, pero la soledad ahí estaba.

Hubo un cambio nuevamente en aquella oscuridad, una suave caricia, una voz desesperada. Alzaron la vista del suelo y pudieron ver con asombro que reconocían aquella voz, era Yunho clamando  su nombre en sollozos.

Un pequeño haz de luz los cegó, y caminaron hacia el protegiendo sus ojos. Jae se volteo y vio como el dragón se envolvía con las alas para volver a dormir con aire de paz. El prosiguió su camino y cuando la luz se hizo más cegadora todo quedo en silencio.

Podía escuchar una respiración ahogada, fue abriendo sus ojos y la luz molestaba sus ojos. Parpadeo y lentamente todo fue teniendo más claridad, pudo distinguir a un costado la figura sollozante de Yunho.

- Despierta, por favor amor. –tomaba sus manos y las besaba –

Él parecía desaliñado, con el cabello revuelto y la barba crecida. El apretó su mano y Yunho se sobresaltó.

- ¡amor! – gritó feliz – estas despierto. ¡Jae ha despertado! – dio aviso mientras abrazaba al muchacho –
- ¡Estás despierto! – corrió hacia él Ja Yun –
- Mi muchacho. – lágrimas resbalaron por las mejillas de Joon que lo miraba desde la puerta –
- Tenemos que revisarlo – Ja Yun se limpió las lágrimas –

Tardaron un par de horas en asegurarse que Jae estaba en perfectas condiciones, y aun así estaban renuentes a dejarle ponerse en pie.

- Extrañamos esos ojitos – le dijo tiernamente Ja Yun –
- Quedaste inconsciente después de la batalla. – le dijo Joon algo triste –
- Fueron dos meses, amor.
- Fue un largo tiempo. – Jae Joong bajo la mirada –
- Pero ya estas con nosotros, y eso es lo que importa.

A los pocos días pudo salir de la cama y pasear por los jardines, miraba las rosas feliz de sentir el viento jugar con su cabello. Cuando sintió un par de brazos cálidos rodearle, y un suave beso fue depositado en su mejilla.

- ¿quieres tener una cita conmigo?
- Sería un placer.
- Vamos a tomar un café.

Salieron rumbo al café en que ya habían estado, y bebieron capuchinos mientras simplemente se contemplaban el uno al otro.

Caminaron por el pueblo y Yunho compro una hermosa rosa blanca para Jae, y se sentaron en la placita para ver a los niños jugar.

- Dónde estabas está mañana, no pude encontrarte.
- Estaba comprando algo.
- Y qué era eso que comprabas.
- Algo para ti.
- ¿Para mí?

Yunho sacó una cajita del bolsillo de su chaqueta, y se arrodillo frente a él con la cajita abierta.

- Me siento tan afortunado de haberte conocido y me gustaría tener la dicha de envejecer a tu lado. Kim Jae Joong, me harías el honor de convertiré en mi esposo.
- ¡sí, acepto! – se lanzó a sus brazos y lloró feliz –

P.D.: Lamento la demora, pero he estado muy ocupada con los estudios (han sido unas semanas de exámenes tras exámenes). Después del aluvión este es uno de los pocos días libres que tengo. 
Ahora escribiré el epilogo, por favor comenten para el último capítulo.

3 comentarios:

  1. que bueno que Jae pudo despertar yregresar a los brazos de Yunho y ahora mas feliz pues se casaran y espero ya no este nadie molestando para que puedan ser felices por siempre
    Gracias por el capitulo me encanto hasta el próximo bye

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  2. fiuuuuu!! menos mal Jae Joong recobró la consciencia, ya estaba nerviosa :3
    omo!! Yunho le ha propuesto matrimonio a Jae *o* kyaaaa!!!
    wiiii soy feliz!!!

    gracias por el capítulo ;-)

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  3. kyaaaaaa <3 jae desperto y fue feliz al ver a su yunho ** el dragon es parte de jae y lo ayuda ** que lindo yunnie le propuso matrimonio <3eperare el proximo muy feliiiiiz ^^ gracias por compartir

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