La familia Jung era dueña de una compañía de esclavos, sin duda la más famosa de todas. Era conocida por traer esclavos de distintas partes del globo.
Los esclavos más cotizados en el último tiempo eran de un lugar llamado Iskaju, una pequeña isla descubierta por los exploradores de la compañía. Estaba habitada de “salvajes”, y ellos se sintieron en la obligación de traerlos al mundo civilizado. Para ser sirvientes, claro está.
Uno de los primeros especímenes traídos desde aquel lugar fue un joven de piel blanca, cabello azabache y grandes ojos rasgados. En un principio, el señor Jung tenía contemplado venderle, pero nada más verle asustado y tembloroso decidió conservarlo, como el esclavo personal de su hijo.
Jae Joong era el nombre del esclavo, un joven hermoso y un poco tímido. Su delgadez y estrecha cintura era la fascinación de las visitas en la mansión Jung. A pesar de que más de uno de ellos quería pasar la noche con el muchacho, no les era permitido. El joven Jung dejaba claro que él no era un esclavo sexual.
El joven amo se negaba a que su esclavo hiciera tareas pesadas, cargar la compra le estaba prohibido, así como también preparar el caballo para los paseos de su amo. Pero no era lo único que se especificaba para el sirviente. Los señores Jung accedieron a darle una habitación dentro de la mansión al muchacho, por petición de su propio hijo. El no deseaba que su esclavo durmiera con los demás en la choza.
Todos interpretaban la sobreprotección de Yunho como una estrecha amistad con su esclavo, después de todo habían convivido durante tres años bajo el mismo techo. Yunho se había encargado personalmente de alfabetizar a Jae Joong, enseñándole a leer y escribir. Así como también se encargó de instruirlo en las artes matemáticas.
Lo que nadie sabía es que tras todos estos actos de bondad se escondía un secreto. Un secreto que escandalizaría hasta al más liberal. El heredero de los Jung estaba perdidamente enamorado, pero no de quien sus padres y la sociedad esperaban. Él se había enamorado de su esclavo.
Hace tres años vio a su padre llegar con un tímido muchacho, que se escondía tras él aferrándose al saco.
- Yunho, él es Jae Joong. – comenzó a decir su padre – Es tu nuevo esclavo.
- ¿Mi qué? – pregunto incrédulo –
- Tu esclavo, hijo – le acaricio los castaños cabellos a su primogénito – No te preocupes, sabe hablar nuestra lengua. Le he amaestrado personalmente desde que lo trajeron, desde eso ya son unos 4 años. Aun le cuesta un poco, pero puede entender órdenes y entablar una pequeña conversación. – sin más dejo a su hijo a solas con su esclavo –
- ¿Amaestrar? No es ningún animal como para amaestrarlo – susurro sin que su padre le escuchara– Hola, soy Yunho – dijo extendiendo su mano a modo de saludo. Pero el chico solo se encogió asustado. – No tengas miedo, no te hare daño.
- Ellos dijeron lo mismo – dijo casi sin voz –
- ¿Ellos?, ¿Quiénes son ellos?
- Los que me trajeron aquí.
- ¿Qué te hicieron?
- Ellos me quitaron mi hogar y - un sollozo salió de sus labio y comenzó a hablar en una lengua extraña –
- Tranquilo – dijo abrazándole – nada te volverá a ocurrir – percibió el temblor de los hombros del muchacho. Estaba asustado y deprimido –
Sabía lo salvajes que podían llegar a ser los hombres de su padre. El mismo les había visto arrastrar a una mujer de los cabellos por el suelo, e inmediatamente presentarla ante su padre como la nueva adquisición.
- Yo te protegeré – susurro cerca de su oído –
La promesa de aquel día se cumplió sagradamente. Yunho estaba atento a él todo el tiempo, cuidándole y haciéndole sonreír.
Pasos apresurados se escuchan en el pasillo esa tarde de verano.
- ¿Sucedió algo? – pregunto sorprendido al ver al esclavo cerrar la puerta asustado –
- No es nada.
- No mientas.
- Es solo que – un suspiro tembloroso escapo de sus labios – es solo que uno de los chicos intento tocarme.
- ¿Qué? – exclamo exaltado - ¿Cómo paso?
- Estaba en la choza cuando él apareció. – su voz comenzó a temblar – Me acorralo y me beso, comenzó a tocar mis muslos e intento tocar mi entrepierna.
- ¿Cómo escapaste?
- Ye Eun llego y le enfrento, gracias a ella pude escapar.
- ¿Quién fue el desgraciado?
- Fue Chris, desde hace un tiempo lo he notado extraño conmigo. Pero no imagine que fuera por algo así.
- No volverás a la choza con los demás.
- Pero, ¿Dónde dormiré?
- Hablare con mis padres.
A medida que se acercaba el anochecer; Yunho buscaba la manera de pedirle aquello a sus padres. Caminaba en círculos por la habitación, no podía decirlo así como así y mucho menos demostrar preocupación por Jae Joong. Sus padres eran petulantes y no aceptarían que su único hijo velara por un simple esclavo.
De la nada una idea apareció, esperaba que funcionara. Pero debía arriesgarse, no podía exponer a Jae a un posible abuso.
- Madre, padre. – dijo en tono solemne, haciendo una reverencia – Quisiera pedirles que otorgaran a Jae Joong una habitación en la mansión.
- ¿Qué? – pregunto su padre sorprendido - ¿Cómo puedes siquiera pensarlo? ¡Un esclavo no puede dormir en la mansión!
- Seriamos la comidilla del pueblo – comenzó a hiperventilar su madre –
- Quiero que tenga una habitación aquí, para que este más atento a mis necesidades – comento de manera fría - Estoy cansado de levantarme para buscar un vaso de agua, cuando podría tener un esclavo en la mansión que lo trajera para mí.
- Tienes razón hijo, un heredero como tú necesita un esclavo en casa. – razono su padre – Frederick, dile a las sirvientas que alisten la habitación contigua a la de mi hijo. – se dirigió al mayordomo – Que la adecuen para un esclavo.
Jae Joong hablaba con Ye Eun, la mujer le abrazaba y besaba la cabeza. Chris había intentado propasarse nuevamente con el antes de la cena. Pero nuevamente la amable mujer había llegado justo a tiempo.
- Creo que sería bueno que vinieras a la habitación de las mujeres, allí todas te protegeremos.
- Chris es un depravado, – comento YooBin – ya fue advertido una vez por el amo Jung. Pero realmente dudo que le vendan.
- El amo Jung nunca se desharía de un esclavo. – suspiro frustrada Hyon Yeon –
- Disculpen señoritas, – dijo amablemente Frederick – vengo por el joven Jae Joong. Le han preparado una habitación en la mansión. Si quiere le doy unos minutos para que arregle sus cosas – sonrió dulcemente –
- Gracias Frederick – devolvió la sonrisa –
Las chicas emocionadas comenzaron a arreglar las cosas de Jae Joong. Al fin el muchacho estaría lejos de las garras de Chris.
Jae Joong llego a una hermosa habitación decorada en colores pastel. En el medio había un catre mal trecho, una mesa de noche con una vela encendida y una cómoda pequeña en una esquina.
- Dormirás junto a la habitación del amo Yunho. – comento el mayordomo – cualquier cosa que necesite debes traérsela, sin chistar.
- Sí.
Jae Joong fijo su mirada sobre Frederick; era un hombre ya mayor, con ojos color miel y cabello blanco, su rostro lucia amable y su sonrisa daba tranquilidad. Se sintió curioso por saber más de aquel hombre, ¿Tendría familia? ¿Esposa, hijo y nietos? Tenía tantas preguntas, y sin embargo poco valor para hacerlas, ¿Qué tal si se equivocaba?, ¿Qué si Frederick era viudo? No quería hacer sufrir al hombre. Decidió guardar sus preguntas, era mejor prevenir que lamentar.
Después de que Frederick se marchó, él se sentó al borde del catre. Y sintió uno ligeros golpes en una puerta lateral. Lentamente se levantó y con curiosidad se dirigió a la puerta. Y antes de poder siquiera tocar la madera, escucho una suave voz del otro lado.
- ¿Jae Joong? – pregunto la voz - ¿Estás ahí? Soy Yunho, ¿Me dejas pasar?
Una sonrisa feliz atravesó su rostro, e inmediatamente abrió la puerta para darle paso.
- ¿Te gusta tu nueva habitación?
- Me encanta.
- Quitaron la otra cama – dijo observando el catre – mañana pediré que la cambien.
- No, así está bien. – comento jugando con sus manos tiernamente – Es más cómodo que los costales de la choza.
- Es indigno que vivan así – dijo con la cabeza gacha –
- Vivimos según nuestra posición. – se sentó junto a él en el camastro – Somos esclavos, no podemos optar a más.
- Pero es injusto. Ustedes son personas, personas maltratadas, retenidas y abusadas. – respiro profundamente para calmarse – Quisiera hacer algo. – se lamentó con las manos sujetando su cabello –
- Amo, usted ya está haciendo algo al protegerme. – sonrió – Usted está demostrando que no es como los demás, que usted tiene buen corazón.
Unas semanas después, Jae Joong arreglaba el caballo de Yunho para su paseo vespertino. Pero estando en el establo algo ocurrió, o más bien alguien apareció.
- Pero a quién tenemos aquí. es el bello esclavo del amo Yunho.
- Chris, ¿Qué haces aquí? – dijo nervioso Jae –
- ¿Qué hago aquí? Vengo a cepillar a los caballos del viejo amo Jung – dijo como si fuese lo más obvio – la pregunta es, ¿Qué haces tú aquí?
- Vine a ensillar el caballo del amo Yunho. – dijo cohibido desde una esquina –
- Pues me temo que el amo Jung tendrá que esperar.
Sin tener tiempo para reaccionar, Chris se le abalanzó haciéndolo caer sobre la paja.
- ¡Suéltame! – se movía desesperado bajo el hombre blanco–
- ¡Cállate! – grito propinándole una bofetada –
Jae Joong comenzó a llorar y a suplicar en su lengua materna. <<Por favor Diosa Kiri, ayúdame. ¡No me abandones ahora!>>
Los caballos comenzaron a inquietarse y fuertes relinchidos se dejaban escuchar fuera del establo. Masari, que iba a los establos escucho el escándalo de los caballos, rápidamente entro para asegurarse que no se tratase de un ladrón. Pero lo que encontró fue peor que un ladrón, el nuevo esclavo estaba semidesnudo con Chris sobre él. Lloraba y pataleaba desesperado, intentando liberarse. El esclavo negro se armó de valor, y de un fuerte tirón alejo al esclavo blanco de su víctima.
- ¿¡Qué te sucede!? – grito Chris indignado –
- Sucede que ibas a abusar del pequeño. – el enojo y asco se veían en sus facciones –
- ¡Ese no es asunto tuyo! – Chris empujo a Masari contra los caballos, e hizo que uno de ellos se soltara. –
Peligrosamente el caballo comenzó a retroceder, estando cada vez más cerca de Jae Joong. Masari reacciono rápidamente y sujeto al caballo de las riendas. En ese momento Chris aprovechó de escapar sin que ninguno de los dos esclavos restantes se diera cuenta.
La impotencia se hizo presente en el rostro de Masari, y una vez atado el caballo se acercó a Jae.
- ¿Estás bien? – pregunto amablemente –
Pero Jae Joong no le respondió, estaba en medio de un ataque de pánico por lo ocurrido con Chris, y por casi haber sido aplastado por el caballo del amo Yunho. Masari lo tomo entre sus brazos y lo llevo a la choza con las mujeres.
- Por Dios, ¿Qué le ha pasado? – pregunto Ye Eun –
- El bastardo de Chris intento abusar de él.
- Iré a prepárale un agua de hierbas – Hyo Yeon corrió hacia la pequeña cocina en la choza –
Jae Joong se durmió en los brazos de Ye Eun, con ella se sentía protegido. Ella le recordaba a su madre.
Ya había pasado un largo tiempo desde que Jae Joong se había ido a preparar al caballo, y Yunho preocupado camino hacia los establos. Una vez allí, vio a Masari quitar la montura de su caballo.
- Masari – le llamo –
- ¿Si, joven amo?
- Envié a mi esclavo a preparar mi caballo, ¿Dónde está? – pregunto receloso –
- Descansando en la choza, amo.
- ¿Qué?
- Él, fue atacado por otro esclavo señor – dijo algo dudoso, la lealtad y el honor entre esclavos era sagrado. Pero, Chris no merecía nada de eso –
- ¿Qué esclavo?
- El esclavo americano, joven amo.
- ¿Chris? – dijo con la sangre hirviendo –
Yunho recorrió el salón principal, hasta llegar al pasillo que comunicaba con el despacho de su padre. Toco bruscamente la puerta, sorprendiendo a quien estaba dentro.
- Adelante – dijo la voz de su padre - ¿Yunho?, ¿Por qué tocas así la puerta?
- Quiero que te deshagas de Chris.
- Ni hablar, muchachito. Es mi mejor esclavo, no me desharé de él.
- ¡Intento abusar de mi esclavo! ¡Quién dice que no intentara abusar de las visitas!
El señor Jung quedo estupefacto ante lo revelado. Dio un suspiro de frustración y se quitó los anteojos. No era la primera vez que recibía este tipo de quejas sobre el esclavo. Y aun cuando fuesen ataques hacia otros esclavos, esto no podía seguir así. Su hijo tenía razón, qué pasaría si el día de mañana intentara abusar de sus invitados, de las hijas de los condes, de los hijos de los monarcas o sus propios sobrinos. La lujuria de ese muchacho era peligrosa.
- Mandare a llamar a Chris. – dijo poniéndose de pie –
Al poco tiempo el joven Chris llego. El señor Jung le dijo sin rodeo que quedaba relegado de sus tareas e iba a ser puesto en venta, el esclavo se alteró y comenzó a gritar. Para seguidamente saltar al cuello de Jung, intentando estrangularlo. Yunho que estaba afuera escucho los gritos, y sin pensarlo dos veces entro. Propino un fuerte puñetazo al esclavo haciendo caer inconsciente al piso.
Los empleados de la compañía llegaron para llevarse a Chris, quien nada más llegar al edificio fue puesto en una celda. Si al cabo de una semana no recibía una buena suma por él, le mandaría a fusilar.
A la mañana siguiente, una vez habiéndose asegurado del estado de su padre, Yunho partió a la choza de los esclavos. Miradas sorprendidas se posaron sobre él, pero decidió ignorarlas e ir a ver a Jae Joong.
- ¿Cómo está? – pregunto a Ye Eun, que identifico como una de las chicas de la cocina –
- Esta durmiendo – susurro acariciando el cabello azabache del esclavo – Ayer estaba muy alterado, pero logramos que se calmara.
- Masari, quiero que me expliques con más detalles lo que pasó.
Desde ese día asigno a Masari para vigilar a Jae Joong, el esclavo negro era fuerte y valiente. No dudaba en que protegería a Jae Joong. De este modo se enteró de muchas cosas, como que Jae Joong les temía a los caballos desde el incidente, o que le era difícil sostener cosas pesadas.
Noto que Jae Joong no estaba alfabetizado al pedirle el libro de Shakespeare sobre su buró, Jae sin saber cuál de los tres libros sería tomo el primero que vio. Llevando consigo un libro de filosofía platónica.
- Jae, creo que es hora de que te eduques.
Pero Jae aprendió más rápido de lo que esperaba, a las pocas clases ya sabía escribir su nombre y contar hasta 50. Un gran logro para alguien que hasta hace poco no sabía las bocales.
Al pasar de los meses Jae Joong se hacía más hermoso. Tanto así que sus invitados le coqueteaban abiertamente, y sin ningún pudor invitándole a compartir sus camas. Jae temblaba de miedo ante esto, y los ojos de Yunho se inyectaban en cólera.
- Él no es un esclavo sexual, mi querido conde Kwon. – aclaro reteniendo su ira –
- Oh, es una lástima – dijo para besar la pálida mano –
Llegada la noche, Yunho toco la puerta que conectaba su habitación a la del esclavo.
- ¿Puedo pasar?
- Adelante.
- ¿Cómo estás?, ¿Aún asustado?
- Sólo un poco. – jugó con los pliegues de su camisa de dormir, que le quedaba un poco holgada –
- No debes temer, estoy aquí para cuidarte. Nadie te hará daño – le abrazo cariñosamente –
Al separarse del abrazo, miró fijamente esos ojos negros. Sus labios se acercaron a los del chico más pequeño, y deposito un dulce beso en ellos.
Jae quedó sorprendido por la reacción de su amo, pero él sabía que esto era distinto. Tal vez esto era de lo que hablaban las esclavas, esto tal vez era amor.
- Lo siento – no sabía que decir – No quiero incomodarte, es sólo que sentí la necesidad de hacerlo. – pero fue callado por los suaves labios de Jae Joong –
- No tiene que disculparse, amo – dijo con un adorable sonrojo en las mejillas –
El tiempo paso con rapidez, y la relación clandestina seguía su curso. Pequeños besos tras las columnas o roses imperceptibles, coqueteos discretos y miradas enamoradas.
- Amo, aquí está su té – dijo Jae Joong entrando con una bandeja de plata –
- Gracias, Jae Joong – sonrió dulcemente –
- ¿Quiere un muffin?
- Si, cariño – susurro la última palabra, dejando paralizado a Jae Joong –
- No creo que sea prudente – contesto en voz baja –
- ¿Por qué no?
- Usted es joven heredero, y yo un simple esclavo. Además es una relación entre dos hombres – su voz comenzó a temblar – es algo prohibido.
- No quiero volver a escuchar que digas eso. – regañó – Eres especial para mí, y no quiero que te menosprecies. ¿Entendido?
- Entendido – dijo con una sonrisa tímida –
Un par de días después el primo de Yunho llego a la mansión, el muchacho era guapo, engreído y perspicaz. No tardo en notar que algo extraño ocurría entre Yunho y el esclavo. No sólo el hecho de que estaban casi todo el tiempo juntos, sino la agresiva negativa de su primo al pedirle que le dejase pasar una noche con el esclavo.
Byung Soo comenzó a espiarles, les seguía a todas partes sin que ninguno se diese cuenta. Y de esta manera fue como presencio algo que jamás debió ser visto por nadie.
Los enamorados separaron sus labios después de ese dulce beso, sin darse cuenta que un curioso había presenciado tan íntimo momento.
Yunho entro a su habitación que se encontraba en total penumbras, y sintió un escalofrió recorrer su columna.
- Lo sé todo – escucho una profunda y amenazante voz –
- Byung Soo, ¿Qué haces aquí?
- No intentes hacerte el desentendido.
- ¿Qué sabes exactamente?
- Lo tuyo con ese esclavo.
- Estas confundiendo las cosas.
- ¿Verte besándole es confundir las cosas?
Yunho se quedó sin respiración por unos minutos. Sentía una presión en el pecho y el terror se hizo presente en sus pensamientos.
- Primo, por favor no digas nada. – suplicó –
- No diré nada. – comenzó con un tono sereno – con una condición.
- ¿Cuál?
- Que me dejes pasar una noche con él
- ¡Jamás!
- Entonces prepárate para perderlo.
- ¡No!
- Le diré a mis tíos, ellos deben saber que esa alimaña te sedujo.
- ¡No le llames así! – grito enfurecido, para propinarle un certero golpe en la mandíbula –
- Escucha Yunho – dijo limpiando el hilo de sangre de su boca – no le diré nada a mis tíos. Siempre y cuando termines con ese esclavo. No será bueno para la reputación de la familia Jung si la gente se entera de esto.
- No tienen que enterarse.
- No puedo callarlo Yunho, sería una traición contra mis principios. Te doy una semana – posteriormente salió de la habitación dejando a Yunho sumido en la desesperación –
- Dios mío, ¿Qué hare? – se sentó al borde de la cama y se cubrió la cara con sus manos –
Pasó tres días distanciado de Jae Joong, ni siquiera se atrevía a mirarle a la cara por miedo a que le estuvieran vigilando.
- ¿Qué pasa contigo? - Jae Joong entró enojado en la habitación de su amo –
- No me pasa nada.
- No finjas conmigo – suspiro pesadamente - ¿Quién es?
- ¿Quién?
- Ella – le miro acusadoramente – la chica por la que ya no me hablas.
- No hay ninguna chica.
- No intentes engañarme.
- No estoy intentando nada, yo te amo.
- Y por qué dejaste de hablarme.
- Veras, es algo difícil de explicar.
- Me estas asustando.
- Mi primo nos vio besándonos – le miro con la angustia reflejada en los ojos –
- ¿Qué haremos?
- No lo sé, él quiere decirle a mis padres.
- Tal vez, podría volver a choza con los demás.
- Eso jamás.
- Chris ya no está, y si no estoy tan cerca quizá no diga nada.
- Tienes autorización de mis padres para estar aquí.
- Sería lo mejor.
- Me niego, no tenemos que cambiar sólo porque él lo diga. Además si cambiamos de repente todos sospecharan.
- No quiero que te pase nada.
- Nada me pasara y nada te pasará a ti, te lo aseguro.
- Confió en ti.
Luego de un largo momento de silencio Yunho hablo.
- Si ellos sospechan tendré que negarlo todo.
- Mientras podamos seguir juntos, seré feliz. – envolvió sus brazos alrededor de Yunho –
El tiempo de plazo termino y Byung Soo se acercó.
- ¿Está hecho?
- No
- Yunho, te lo advertí.
- Tus advertencias no tienen valor para mí.
- Lo lamentaras.
El tiempo paso, y parecía que Byung Soo había olvidado su amenaza. Hasta que un día una desagradable visita se presentó.
- Señorito Jung, sus padres le solicitan en el salón principal. – dijo Frederick –
Yunho bajo sin sospechar que le esperaba tras aquella puerta. Una joven de largos cabellos rubios le miraba insistentemente.
- Yunho, hijo ven aquí. – le sonrió su madre – Te presento a Margaret, tu futura esposa.
- ¿Mi qué?
- No seas mal educado, salúdala como corresponde.
A Yunho no le quedo más que inclinarse y darle un beso en la mano. Al separarse vio la mirada coqueta de la chica.
- Yunho, llévala a dar un paseo por los jardines – le ordeno su padre –
Sin más ambos partieron a caminar junto a los rosales. Margaret se apegaba a Yunho sin ningún tipo pudor, y le hablaba de joyas, vestidos y las “grandiosas” fiestas que hacían los nobles en América.
- Tengo sed – comento – Tú, esclavo, tráeme una limonada con dos terrones de azúcar. ¡Y más te vale que no tenga pulpa! – gritó a Jae Joong, haciendo que Yunho tuviese que disimular su enojo –
- Ve Jae Joong – dijo suavemente –
El joven esclavo partió rumbo a la cocina. Margaret, viéndose solos tomo la iniciativa. Arrojo a Yunho a la silla que había junto a la mesita de café, y se sentó sobre él.
- ¿Pero, qué haces? – pregunto alarmado –
- Aprovecho la oportunidad. – susurro insinuante – ahora que nos hemos desecho de ese esclavo podemos hacer lo que nuestros cuerpos nos piden.
- Yo no quiero aprovechar nada – dijo levantándose de golpe – no puedo creer que una señorita se comporte así – elevo la voz indignado –
- Tú me gustas y harás lo que te digo.
- No soy ninguno de tus lacayos.
- Ash, eres demasiado correcto. – se quejó – Tendré que esperar hasta nuestra boda.
Trascurrieron los minutos sentados uno frente al otro. Margaret seguía hablando de cosas superficiales, creyendo que a Yunho le interesarían de la misma manera que a ella.
- ¿Dónde está ese esclavo? – dijo con un deje de irritación – Tarda demasiado - en ese momento se ve a Jae Joong a los lejos, entre sus manos una bandeja de plata con una jarra de limonada y vasos de cristal – Ya era hora de que llegaras – comento con arrogancia en la voz. –
Jae Joong sirvió la limonada en ambos vasos, y los puso en la mesa delicadamente. Margaret probó el refréscate líquido, y lo escupió.
- ¡Te dije que le quitaras la pulpa! – grito mostrándole un pequeño fragmento de pulpa, que era el único en toda la limonada –
- Intente quitársela por completo – dijo asustado ante la furia de la dama –
- ¡Pero no lo hiciste! –continuo con su berrinche, para arrojar el vaso contra Jae Joong –
Margaret se levantó e intento abofetear a Jae Joong que se encogió de miedo, pero una fuerte mano la detuvo.
- No te atrevas – la amenaza se hizo presente en la voz de Yunho –
- ¡No puedo creer que defiendas a un simple paje! – soltó su muñeca indignada – Te recuerdo que ellos están para servirnos, ¡deben ser castigados si cometen un error!
- ¡No tocaras a mi esclavo! – elevo la voz asustando a la chica – Y ni siquiera pienses que me casare contigo.
La chica corrió sollozando dentro de la mansión. Seguramente iría junto a su padre a llorar y victimizarse.
- ¿Estás bien? – acaricio delicadamente la mejilla de Jae Joong –
- Sí – pero para Yunho no pasó desapercibido el fallido intento de ocultar el antebrazo –
- Déjame ver.
- No es nada.
Pero Yunho lejos de hacerle caso, tomo el brazo de Jae Joong y lo examino, una fea herida se podía apreciar entre la muñeca y el codo.
- Te ha lastimado – susurro enojado –
Sin más arrastro a su esclavo dentro de la casa, y en el pasillo se encontró con el mayordomo.
- Frederick, dile a YooBin que limpie el desastre que causo la señorita Margaret en el jardín – pidió al hombre mayor –
- Enseguida amo. – Frederick fue directo a la cocina a entregar el mensaje –
Yunho llego a su habitación y con un balde de agua y un paño comenzó a limpiar la herida. Cuando ya no había más sangrado comenzó a machacar hierbas medicinales, y extendió la pulpa por un trozo de tela.
- Te pondré esto en el brazo – comenzó a envolver la herida y con una fuerza moderada ciñó la tela al antebrazo –
- ¿Dónde aprendiste a hacer esto?
- Cuando era pequeño solía ser muy torpe. – comenzó a decir – Siempre me estaba cayendo y lastimando, así que mi abuelo un día comenzó a enseñarme sobre curación. – sonrió con nostalgia – Desde ese entonces siempre tengo este tipo de cosas en la habitación.
- ¿Cómo era tu abuelo? – pregunto al ver la mirada de anhelo en Yunho –
- Él era estupendo. Un abuelo maravilloso, siempre quiso lo mejor para mí. – sonrió – Nunca estuvo de acuerdo con la compañía de esclavos, le parecía repulsivo que se tratara a otras personas como animales.
- ¿Qué fue de él?
- Fue rechazado por la familia. Ya que después de que mi abuela muriera se decidió a ser feliz.
- ¿No era feliz?
- Él nunca amó a mi abuela. Se casaron por un matrimonio concertado. – le miró a los ojos – Siempre amó a otra persona, y esa persona resulto ser otro hombre. Así que cuando murió mi abuela vio la oportunidad de volver a amar, y se fue lejos con aquel hombre.
- ¿No volviste a saber de él?
- Te contare un secreto, – se acercó más a Jae Joong – él siempre me escribe. Frederick se encarga de ocultar las cartas que me envía cuando va a recoger el correo, y durante las noches me las da a escondidas – susurro –
Esa misma tarde el padre de Yunho le llamo a su deschapo.
- ¿Si, padre?
- ¿Qué le hiciste a Margaret?
- Nada, padre.
- ¿Nada? ¿Entonces por qué estaba llorando?
- Ella hizo algo indebido.
- ¡Es tu prometida!
- No me casaré con una persona como ella.
- ¡¿Y con un esclavo si lo harías?!
Yunho quedo mundo por un momento. Y comenzó a balbucear después de un rato.
- Byung Soo me lo comento – se levantó de su silla – Yunho, no permitiré que un hijo mío nos deshonre de esa manera. ¡Ya tuve suficiente con lo que hizo ese depravado!
- No es ningún depravado – la ira se hacía presente - ¡Y es tu padre!
- ¡Dejo de serlo el día en que escapo con ese hombre! – gritó – te casaras con Margaret, y ese esclavo será vendido a una casa de esclavos sexuales.
- ¡No!
- El que da las órdenes aquí soy yo. Y tú me debes obediencia, que para eso eres mi hijo. – volteo la mirada hacia la ventana – Te casas en dos semanas.
Frederick escucho cada palabra dicha y se apresuró a llegar a su habitación. Debía informarle de esto al señor Dae Hyun.
Jae Joong volvió a la choza y se le prohibió acercase a Yunho. Cada día era llevado pequeña casa de piedra, y era cruelmente golpeado. Las esclavas lloraban cada vez que limpiaban sus heridas.
Yunho fue encerrado en su alcoba y todos los días tenía que soportar las visitas de la parlanchina Margaret. Además de las visitas del sastre para tomar las medidas del traje.
- Mi padre prometió que un barco nos llevaría a nuestra luna de miel en Francia. – comenzó a parlotear – Allí me compararas las joyas más hermosas. Me gustan los collares de diamante. – señaló o más bien ordeno – Y me debes comprar los vestidos que están de moda en Europa, no puedo desentonar con el ambiente.
A pasos agigantados llego la víspera de la boda, Yunho se notaba desolado y el dolor se marcaba en su rostro. Lo único que agradecía era que Margaret no había ido a visitarle esa mañana. Pero estaba desesperado por saber de Jae Joong, hace días que no escuchaba su voz. La noche llego sin que el probara bocado en todo el día.
En plena madrugada sintió que su puerta se abría y alguien entraba sigilosamente. Escucho su armario abrirse y algo pesado caer a los pies de su cama. Aquella persona iba y venía del armario, y de repente escucho algo cerrarse. Los pasos se acercaron a su cama y una mano apretó su hombro.
- Amo Yunho, – era la voz de Frederick – despierte.
- Frederick, ¿Qué sucede?
- Vístase y no haga ruido – le dio ropas de sirviente y una capa sencilla –
Yunho le obedeció sin entender, y sin más le siguió.
- ¿Qué está pasando Frederick? – susurro Yunho en el pasillo –
- Le ayudaremos a huir, señorito Yunho.
Delante de ellos estaban dos guardias que hicieron señas y les ayudaron a bajar en silencio, mientras vigilaban. Otro guardia les esperaba en la cocina y les escolto hasta los jardines principales de la mansión. Allí estaban las esclavas con otra persona cubierta con una capa.
Yunho y Frederick de acercaron, en ese momento aquella persona levanto el rostro. Yunho le abrazo con lágrimas corriendo por sus mejillas y susurro su nombre, <<Jae Joong>>.
- Un amigo mío me presto su caballo, y a la salida del pueblo les espera con una carreta – dijo Frederick –
- Gracias – sonrió Yunho –
- No hay nada que agradecer, señorito.
Yunho y Jae Joong montaron el caballo. Los guardias abrieron el gran portón para ellos y les dejaron partir. Nadie diría nada, porque todos eran leales al joven amo Yunho.
Efectivamente a la salida del pueblo estaba esperándoles un hombre en carreta, y junto a él un joven que parecía ser su hijo. El joven monto al caballo, volviendo al pueblo y ellos subieron a la carreta tomando un rumbo desconocido. La carreta daba saltos un poco violentos debido a la gran velocidad a la que iba, y luego de varios kilómetros se detuvo frente a un bosque. Allí esperaba un hombre que les ayudo a bajar, y dio las gracias al campesino que siguió avanzando. El hombre era ya mayor pero bien parecido, les guio por el bosque hasta unos caballos y siguieron su camino hasta salir al otro lado del bosque.
- ¿Por qué el hombre de la carreta no volvió al pueblo? – pregunto Yunho, ya que no lograba sacarse esa duda de la cabeza –
- Es para distraerlos con pistas falsas – contesto sonriendo el desconocido –
Cuando los primeros rayos del alba nacían apareció un camino de tierra ante sus ojos, y siguieron el camino al noreste saliendo de la región.
En la mansión Jung nadie se dio cuenta de la ausencia de Yunho, hasta que la primera en llegar a la iglesia fue Margaret.
- ¿Por qué Yunho no ha llegado? – el señor Jung comenzó a caminar por la entrada de la iglesia – Iré a buscarle – dijo subiendo a su carruaje –
Al llegar se encontró con la desagradable sorpresa de la usencia de Yunho, reviso su armario y con grito de furia comenzó a destrozar la habitación. Interrogo a la servidumbre y todos afirmaron no saber nada del amo Yunho. Todos comentaron un <<creímos que ya estaba en la iglesia>>.
Cuando el señor Jung volvió se encontró con Margaret haciendo un escándalo, gritos y sollozos de escuchaban por todo el lugar. Pero automáticamente todo paro al verle llegar.
- ¡Yunho está aquí! – grito Feliz, apartando de un empujón al padre de su prometido - ¡¿Dónde está?! – nuevamente grito saliendo de la iglesia a buscarle –
- Él huyó – dijo enojado el hombre –
Enseguida Margaret comenzó a hacer otro berrinche, entre gritos e insultos dio un espectáculo. Sus padres avergonzados se alejaron de ella y pretendieron no conocerle, se mezclaron con los invitados e intentaron ocultar sus característicos rasgos occidentales.
Al cabo de los días llegaron a un humilde casita en medio de la nada, de la chimenea salía humo y el aroma a guisado se podía sentir a tres metros de distancia. Nada más desmontar la puerta se abrió, dejando ver a un hombre moreno con el cabello encanecido.
- ¡Yunho! – grito feliz –
- ¡Abuelo! – Yunho no pudo disimular su sorpresa y corrió a abrazar al hombre –
Su abuelo le conto como se había enterado de lo sucedido y le presento a su pareja, un honrado hombre llamado Dong Sun.
- Quiero que vivan aquí con nosotros, – Tomo la mano de Dong Sun – aquí nadie les encontrara.
- Ayudaremos en lo que podamos – dijo entusiasmado Jae Joong –
- Me alegro. Ahora acércate, y déjame ver esas cicatrices – dijo refiriéndose a las marcas que le quedaron después de las torturas –
Yunho y Jae Joong comenzaron una nueva vida, junto a sus ahora abuelos. Jae Joong resulto ser un excelente cocinero y Dae Hyun no perdía oportunidad de enseñarle cosas nuevas. Mientras Yunho se dedicaba al trabajo de campo junto a Dong Sun, y viajaban de vez en cuando a algunos poblados de la zona a vender lo que cosechaban. Tenían una vida sencilla pero feliz, lejos de las críticas y el desprecio de aquellos que se creían demasiado importantes, como para decidir en la vida de otros.
Oww que bonito me gusto mucho.
ResponderEliminarNo tuvo lemon pero aun asi fue una historia fantastica. Enseño q no siempre los lujos son la felicidad. Me encanto muchas gracias por compartirla ♥★↖(^ω^)↗
ResponderEliminarGracias por comentar =D
ResponderEliminarmuy lindo fisc me gusto , yunho cuidando a jae
ResponderEliminaroooooooooooooooooo hermoso... gracias
ResponderEliminarmuy espectaculas historia y linda tambien lastima que maltrataron a Jae pero todo salio bien y ahora esta con la persona que ama gracias x compartir
ResponderEliminarme gustó mucho . no necesitó de lemon para expresar el amor que se tenían pese a las diferencias de status y a las adversidades.
ResponderEliminarhermoso final. muchas gracias
me encanto y lo mejor es que lucharon para estar juntos y realizar su amor
ResponderEliminary a la loca creo que quedo peor de loca de lo que estaba pues hasta sus padres se avergonzaron de ella pero jae y yunho felices por estar juntos con los abuelos de yunho apoyando a la pareja
nanai :3 tu fanfic es hermoso~ como nace el amor entre ellos, como Yunho cuida de Jaejoong :3 realmente hermoso, ¡me encantó! ^w^ muchas graciaaaas~ saludos! :)
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