El alma del dragón - Capítulo 4

Un fuerte rugido proveniente de la cueva les hizo estremecer, unos brillantes y atemorizantes ojos comenzaron a acercarse. La tensión podía sentirse en el ambiente, sus corazones se aceleraban a medida que esos grandes ojos rojos parecían escudriñar en sus almas. Y al fin pudieron verlo cuando en un rápido movimiento salió de la cueva, elevándose a las alturas con sus enormes alas. Era un ser majestuoso, sus escamas brillaban con la luz de la luna y tenía un tamaño sorprendente.



Le siguieron con la mirada mientas el dragón volaba en círculos a su alrededor, hasta posarse sobre una gran roca en la montaña justo sobre ellos, mirándoles desde las alturas. No sabían que el dragón los analizaba, que con esa mirada intentaba encontrar sus puntos débiles y atacarles mientras estuvieran desprevenidos. A pesar de tener alma humana seguía siendo un dragón, era inteligente y astuto. Pero también despiadado y desconfiado, a la mínima señal de peligro atacaría sin dudarlo.

Yunho sabía que no debía mostrar miedo, pero era casi inevitable. Frente a él estaba una criatura de unos 30 metros que le observaba desde las alturas; que esperaba a que hiciera un movimiento errado para atacar. Estaba claro que el dragón no tenía la intención de atacar primero, al parecer contaba con una estrategia que ellos desconocían. Y eso era lo que más lo asustaba, porque no sabía a qué clase de inteligencia se enfrentaba.

El dragón rugió y se elevó a los cielos, perdiéndose en la oscuridad de la noche. Sabían que la lucha había comenzado, que ya no había vuelta atrás. Una sombra comenzó a caer a gran velocidad sobre ellos, sólo alcanzaron a arrojarse al piso para no ser víctimas de las garras de la bestia. Su furia se dejó escuchar en cada rincón de ese bosque con un alarido paralizante.

Respirar se volvió difícil, la adrenalina recorría sus cuerpos. Temían que el dragón escupiera fuego, y no pudiesen reaccionar a tiempo. Pero el dragón parecía tener otros planes, ya que volvió a arremeter sin piedad con sus garras.

Nuevamente se posó en la montaña y les miro furioso, sus ataques no estaban resultando.  Esos malditos magos no parecían dispuestos atacar. Así que ya aburrido de esto decidió no tenerles piedad, una vez más se elevó y con sus alas creo una ráfaga de viento que casi lo hace caer al vacío.

- ¡Ataquen! – gritó Joon –

El dragón apenas logró esquivar el ataque que estaba dirigido a su vientre. Era una suerte que las escamas de su suave abdomen con los años se hubiesen vuelto tan duras como una coraza de hierro, pero aun así no lograrían protegerlo de un ataque mágico a corta distancia. Debía guardar la distancia si quería ganar esa batalla.

La bestia embestía a gran velocidad, intentando acabar con ellos. Su frustración se veía cada vez que fallaba, y su ansiedad aumentaba a medida que los magos le atacaban. En un movimiento en falso, Yunho logro herirlo con un conjuro. El joven mago sintió su corazón partirse al escucharle rugir de dolor, podía ver la sangre correr por el costado de su cuello.

- Bien hecho Yunho – le felicito Ja Yun –
- Pero, lo lastime.
- Derrotarlo es la única manera de romper la maldición.

No quería admitirlo, pero comenzaba a sentirse asustado. Él, el amo de los cielos temía a unas ínfimas criaturas, pero poderosas. Se sentía humillado, y una vez más observo a los mortales desde la roca en la montaña. El mago que le había herido tenía una mirada extraña, e hizo que algo dentro de él comenzara a sentirse diferente. Gruño molesto y en ese momento lo supo, ellos no tenían una estrategia. Si se mantenía en movimiento, esquivando los ataques; llegaría el momento en que se cansarían. Y cuando eso sucediera él tomaría ventaja.

Comenzó a volar en círculos sobre ellos, esperando el ataque.

- No hagan nada – dijo Joon –

- ¿Por qué? – preguntó Ja Yun – 

- Él tiene un plan, está esperando a que algo suceda.

- ¿Tiene aliados? – hablo Yunho –

- No es eso, Ja Yun ataca.

La joven obedeció y el dragón sin ningún problema esquivo el ataque. Después Yunho lo hizo, y allí el mago descubrió la estrategia del dragón.

- Quiere cansaros, espera el momento en que ya no podamos atacar para derrotarnos.

Les miró nuevamente y sintió que algo iba mal, por alguna razón dejaron de atacarle. Ellos estaban hablando, y no le prestaban demasiada atención. Voló hacia el bosque y desapareció de la vista de los magos.

- ¿Dónde está? – no se habían distraído ni 5 segundo cuando desapareció. Sus sentidos estaban en alerta ante cualquier señal de la bestia.  –

De repente escucharon un extraño sonido detrás de ellos, cuando voltearon lograron verlo. Venía a gran velocidad dispuesto a darlo todo por el todo, si fallaba solo le quedaban unos segundo para reaccionar o chocaría estrepitosamente contra la montaña. Joon lanzo un hechizo justo a tiempo y los convirtió en pequeñas ratas, que corrieron a refugiarse dentro de la cuerva. El dragón hizo un gran esfuerzo para lograr detenerse, esos magos habían desaparecido antes sus ojos. Confundido lo observo todo,  y se adentró a la cueva a buscarles, quizá se habían ocultado allí. Revisó hasta el último rincón, pero no los encontró.  Lo que él no sabía era que unas ratitas le observaban ocultas en un hueco, apenas respiraban, no querían llamar la atención. 

El dragón se sentó a las afueras de la cueva, se cuestionaba como era posible que desaparecieran. Quizá habían utilizado la magia para transportarse a otra parte, así que abrió sus alas y emprendió el vuelo hacia el bosque. Estuvo volando en círculos buscando alguna señal de los magos, pero solo veían árboles y más árboles,  ocasionalmente algún trasgo. Se detuvo en un claro, y comenzó a oler el suelo para intentar percibir algún rastro. Sus ojos se abrieron en demasía, había un aroma que él conocía  y se mezclaba con un fuerte olor a lavanda. El mago que le había hechizado estaba cerca, y no venía solo. Rugió con furia, y cuando estaba dispuesto a alzar el vuelo para buscarle la presencia de los otros magos lo distrajo. Primero acabaría con esos magos, después buscaría a ese brujo y a su acompañante para tomar venganza.

MinHee sintió hasta la última fibra de su ser estremecerse, ese ruido había sido aterrador y aun no comprendían que hacían en aquel bosque olvidado. No había rastros de civilización en él, no tenía sentido estar allí.

- ¿Qué fue eso? – su timbre de voz dejaba notar su miedo –

- Es por lo que estamos aquí. – la miró – Debemos evitar que esto siga su curso, de lo contrario las cosas irán de mal en peor.

- ¿Para ti o para mí?

- Para ambos, si esto continua tu perderás a ese chico para siempre.

- ¿Para siempre?, ¡Pero él es mío! 

- Esa criatura tiene el futuro en sus garras, debemos evitar a toda costa que rompan el hechizo.

Joon los volvió a convertir en humanos, y sintió una vibra extraña en el lugar. Desde lejos logro divisar al dragón acercarse.

- Prepárense para atacar. – advirtió –

Se sentía alterado, y sus sentidos no estaban al cien por ciento.  Aquel mago estaba de regreso, quizá pensaba aliarse con los otros. Sintió algo dentro de él estrujarse, ahora no les tendría piedad. Los vio ponerse en guardia, y atacó con sus garras ferozmente. 

Ja Yun invoco un campo de fuerza, y con él pudo evitar exitosamente  el ataque del dragón. 

Daba mordiscos, arañazos y provocaba ráfagas de viento. Pero el campo de fuerza era demasiado poderoso.  Una bocanada de fuego azulado salió de su hocico, y rodeo rápidamente el campo de fuerza. Por un minuto creyó que había logrado atravesar la protección de los hechiceros, pero cuando el fuego se disipó, los vio en la misma posición intactos. Cuando se disponía a atacar nuevamente, sintió un fuerte golpe contra su abdomen,  y vio como las escamas comenzaban a desprenderse. Le habían dado un golpe certero, ahora debía procurar que los golpes no fueran dirigidos a aquella parte; de lo contrario podría ser herido de gravedad.

Joon invoco una esfera de luz que encegueció al dragón por un momento, en el que Yunho aprovecho de lanzar una bola de fuego al vientre de la criatura. Más escamas se desprendieron, y una fea quemadura apareció en su abdomen. 

Un bufido de dolor escapo de la bestia, que retrocedió y se protegió en la penumbra de la noche sobre la montaña. Se detuvo en la roca y observo su vientre lastimado, lamio lentamente la herida y se quejó. Sentía un dolor punzante y desgarrador, quizá había subestimado a los magos. Eran más astutos y agiles de lo que imaginaba. Los observo por un instante, y ese momento apareció junto a ellos el ser que más detestaba. ¡Se habían aliado con el mago que lo hechizo! Rugió, y se lanzó en picada, esto no se los perdonaría.

- ¿Qué es esa criatura? – retrocedió la chica atemorizada –

- Un dragón – respondió el mago – Él es a quien hechice, y debemos evitar que las personas que están allí arriba salgan victoriosas.

- ¿Cómo?

- Reproduciré mi imagen junto a ellos, sólo el dragón podrá verla.

- ¿Y eso de que sirve?

- Ese animal me detesta, la cólera lo dominara y los vencerá. – sonrió cuando la chica estuvo de acuerdo, ella no sabía que una de las personas que estaba allí era el chico al que acosaba. Y por supuesto tampoco parecía entender lo que significada que los otros magos fueran derrotados. –

No lograban entender que le sucedía al dragón, de la nada se había vuelto más violento y parecía estar desesperado por acabar con la pelea.  Sus ataques iban principalmente dirigidos a los costados, parecía interesado en acabar con algo que ellos desconocían. Sin más aprovecharon la distracción de la bestia, y le atacaron. 

La imagen del mago parecía multiplicarse, y los otros lanzaban constantemente ataques contra él. En un intento desesperado por acabar con todo, lanzo un ataque de fuego.  Todo quedo rodeado de la llama azulada, y los magos por apenas unos segundos alcanzaron a protegerse.

La respiración de la bestia era agitada, se encontraba bastante cansado y los magos al verlo en ese estado decidieron aprovecharse de esto.  Yunho lanzo una multitud de bolas de fuego e hirió gravemente al dragón. 

- ¡No! – grito el mago oscuro cuando vio al dragón elevarse con un rugido lastimero –

El enorme cuerpo fue envuelto en fuego azulado, se podía ver al dragón retorcerse de dolor. Una luz cegadora cubrió todo el lugar, y lentamente algo desconocido fue bajando hasta posarse en el piso.

Una vez la luz y el fuego se disiparon la figura difusa de una cuerpo humano se dejo ver. Yunho se acercó lentamente, y el cuerpo desnudo de un muchacho estaba frente a sus ojos. La piel era tan blanca como la nieve, y el cabello tan negro como la noche. Él parecía estar apaciblemente dormido, y cuando todo suavemente su hombro; el muchacho lanzo un quedo suspiro.

Joon se despojó de su capa y con ella cubrió al muchacho, acaricio su cabello y una lagrimita rodo por su mejilla. 

- Debes tomarlo en tus brazos Yunho, hay que trasladarlo a la casa de Ja Yun.

Yunho puso sus manos en la espalda y bajo las piernas del chico, y lo alzo. Observo más de cerca su rostro, y se ruborizo ante tanta belleza. 

El mago oscuro maldijo su suerte, no había podido conseguir que el dragón acabara con ellos. Y ahora habían roto el hechizo, ofuscado hizo que él y MinHee se trasportaran a la salida del bosque y se fueron sin ser vistos.

Recorrieron los senderos tranquilamente, procurando no dar ningún paso en falso que pudiese hacer caer al bello muchacho.  Los propios seres encantados observaban con asombro a la única criatura que se había liberado de su hechizo.  

Traspasaron el portal que dividía el bosque del mundo humano, y con un conjuro se trasladaron a la casa de la bruja blanca. Yunho poso lentamente el cuerpo dormido del muchacho en su cama, y sonrió con ternura. Al fin habían roto el hechizo que lo mantenía preso, y se preguntó qué les depararía el futuro.

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Nota: Lamento la demora, pero esta semana pude retomar mi vida normal =D ya volví a mis clases y tengo mil cosas que hacer; estudiar para dos exámenes y hacer dos proyectos para la próxima semana. Gracias por esperar, el capítulo 5 quizá tarde un poco más, ya que cuento con mucho tiempo en el transcurso de la próxima semana. Nos vemos <3