El Alma del Dragón - Capítulo 3

Se hallaba atrapado en las profundidades de su mente, los recuerdos se arremolinaban a su alrededor.  La desesperación y soledad hacían que se sumiera en la tristeza, no sabía cuánto tiempo llevaba dormido. Pero cada vez que intentaba abrir los ojos algo se lo impedía, era más fuerte que él. Comenzó a escuchar una extraña voz, ella lo empujaba a la oscuridad, le repetía que debía buscar venganza.



“Él debe pagar lo que hizo”, “Debemos arrancarle la cabeza y desmembrar su cuerpo”.

Era temprano en la mañana y Yunho se encontraba durmiendo, estaba exhausto  después de un mes completo de trabajo duro. Ja Yun se acercó y tiernamente acaricio su cabeza, sacudió suavemente su hombro y lo despertó.

- ¿Qué sucede? – preguntó adormilado –
- Ya es de día.

Ja Yun salió de la habitación y fue a hacer el desayuno en lo que Yunho se duchaba, había llegado el día. Hoy Yunho practicaría por primera vez su magia. Desde hace un par de días había notado que el poder de Yunho había comenzado a aumentar. El esfuerzo que puso el muchacho en el estudio y la práctica de la alquimia había dado frutos.

Yunho entro justamente cuando Ja Yun había terminado de servir el desayuno, con cansancio se dejó caer en la silla y perezosamente comenzó a comer el omelette. Ja Yun le observo y no tardo en imitarlo, después del desayuno le daría la buena nueva.

- Yunho -  llamó la atención del chico que se encontraba leyendo un libro sobre brebajes de mana –

- ¿Si?

- Desde hoy, una etapa muy importante en tu vida dará comienzo.

- ¿Qué es? – sonrió –

- Ya puedes practicar magia – dio un brinco demostrando su entusiasmo –

- ¿De verdad? – dijo entusiasmado - ¿Ya estoy listo?

- Ya dominas lo suficiente la habilidad de la alquimia como para dar este paso tan importante.

- ¿Y con que comenzare?, ¿Abriré un portal?, ¿Hare levitar cosas o cambiar de forma objetos?

- Aprenderás a leer la bola de cristal y a hacer conjuros de buena suerte.

- ¿Soy un adivino de mala muerte? – dijo decepcionado –

- Claro que no. – exclamó indignada – ni siquiera te atrevas a compararte con esos estafadores.

- Lo siento, pero es decepcionante.

- Sé que no es lo que esperabas, pero tienes que comenzar desde lo básico.

- ¿Y si dejamos lo básico para después, y me enseñas cosas más interesantes?

- ¡Yunho!

- Vale, lo siento. Hare lo que me digas.

Había estado más de una hora intentando ver algo más que su reflejo en la bola de cristal, ¡pero no lo conseguía!, esto ya comenzaba a frustrarlo. Ja Yun seguía diciendo que debía concentrarse en lo que estaba más allá de la bola de cristal, pero no veía nada. No entendía como ella sí podía ver a través de ese maldito artefacto, hace solo un momento había visto a los padres de la muchacha cuando ella usaba la esfera. Algo debía estar haciendo mal.

- Es imposible, no sirvo para esto.

- No digas eso, al principio siempre es difícil. Sólo piensa el algo que anheles ver, y concentra tu poder en ello.

Suspiró profundo y cerró un momento los ojos pesando que lo que quería ver, y en cuando los abrió, ahí estaba. En la esfera apareció el dragón dormido, podía ver claramente el movimiento que producía su respiración acompasada. En seguida pensó en que le gustaría saber cómo era antes del hechizo, y sin proponérselo conjuro aquellas imágenes del pasado. Frente a sus ojos apareció un muchacho de cabello azabache, piel blanca como la porcelana y los ojos más bellos que jamás había visto.  Sintió que el mundo se detuvo y su corazón comenzó a latir apresurado, cuando esa bella sonrisa apareció en su rostro. Así como la imagen vino, se fue. Dejando a Yunho decepcionado por lo poco que duro. 

Ja Yun observo con asombro a Yunho, no todos los magos podían invocar imágenes de épocas tan lejanas. Sin lugar a dudas, este muchacho se volvería muy poderoso.

- ¿Hice algo malo? – preguntó al ver como Ya Jun lo miraba –

- Eso fue sorpréndete.

- ¿Qué?

- Lo que hiciste, invocar la imagen de Jae Joong.

- ¿Jae Joong?

- El chico encantado de la leyenda.

- ¡¿Era él?!

- Yunho, eso no lo puede hacer cualquiera. Sólo un mago muy poderoso es capaz de hacer algo así.

- ¿Tú no puedes? – dijo sorprendido - ¿Entonces, cómo lo conoces?

- Joon me mostro como lucia antes de la maldición. – ella suspiro feliz – No me cabe duda que podrás contra en el hechizo

En otro lugar un hombre ruin bufaba molesto, por enésima vez había fracasado en su intento de entrar en el pequeño refugio de la maga blanca. Sin lugar a dudas allí había intervención de Joon, ese maldito mago  que ni muerto dejaba de ser poderoso. No había manera de apoderarse de los secretos que guardaba ese lugar, no había forma de entorpecer la formación del elegido. Al menos no había forma en que él lo hiciera, pero esa tonta muchachita que conociera hace un tiempo podía ayudarle. Ella podría distraer al elegido de su cometido, su locura sería de gran ayuda.

MinHee se presentó indignada ante ese extraño hombre, él le había dicho que le ayudaría a conquistar a Yunho. Pero durante casi dos meses no supo de él, y para empeorar la situación desde que vio irse a Yunho con esa chica no lo volvió a ver más. Había estado buscándolo por todo el pueblo, y simplemente parecía como si se lo hubiese tragado la tierra.

- ¡Me mentiste! – gritó a viva voz –

- Nunca te mentí, te dije que te ayudaría. Más no dije cuando lo haría.

- Eres un tramposo – se cruzó de brazos y le miró molesta –

Esa chica lograba sacarlo de sus casillas, hasta pena le daba el elegido. Ella era simplemente insufrible, pero tenía que tolerarla si quería lograr su objetivo.

- Sé dónde está ese chico, y puedo ayudarte a conquistarlo.

- ¿Y tú que ganas con esto? – la chica era astuta, no muy brillante, pero astuta –

- Al ir a aquel lugar también me ayudaras, ambos nos beneficiamos.

- De acuerdo. – accedió sin más –

MinHee llego a paso presuroso a la tienda que apenas comenzaba a abrir sus puertas, ya eran casi las 10 a.m. Miró con ira a la muchacha de cabellos castaño que abría la tienda, y con saña abrió la puerta de manera brusca aprovechando que se había volteado, y así provocando que Ja Yun casi se fuera de bruces al suelo.

- Lo siento – dijo con arrepentimiento fingido que no pasó desapercibido para la hechicera –

- No te preocupes. – dijo extrañada por la actitud de la chica –

- ¿Estás bien Ja Yun? – preguntó Yunho que había visto todo desde un rincón de la tienda, mientras estudiaba –

- Sí, no fue nada.

Yunho frunció el ceño al ver la mirada de la  chica sobre él; ella y esa extraña sensación eran familiares. Podía jurar que antes la había visto, pero no recordaba donde.

MinHee se paró en un rincón de la tienda y jugaba con un amuleto mientras miraba a Yunho.

El mago observaba el comportamiento de Minhee, y ya enojado le hablo. 

- Debes distraerle, no te quedes allí parada.

- ¡Deja de molestarme! – elevo la voz, llamando la atención de los hechiceros –

- No llames la tención así.

- yo hago lo que quiero.

Los chicos miraban a la muchacha, ella continuaba hablando sola y discutiendo con algún ser invisible. Ja Yun al ver que los clientes que  iban entrando se espantaban,  decidió hablar con la chica.

- Disculpa, ¿vas a comprar algo?

- Estoy ocupada, vuelve después. – la miró de manera despectiva –

Ja Yun volvió al mostrador y Yunho miró indignado a la mujer que seguía hablando sola.

- ¿Quieres que hable con ella?

- No  te preocupes.

De repente la escucharon discutir a viva voz completamente sola, y Yunho ya aburrido decidió ir donde la chica.

- Disculpa, pero voy a tener que pedirte que te vayas.

- Yunho, ¿cómo estás? – preguntó jugando con sus cabellos –

- Por favor, debes salir de la tienda. Estas espantando a los demás clientes.

- ¿Quieres ir a tomar un café? – la chica parecía no querer escucharlo –

- Por favor, vete.

La chica lo ignoro y comenzó a seguirlo por toda la tienda, gritándoles a los clientes que se acercaban al moreno a consultarle precios. Ja Yun opto por llamar a la policía, y así acabar con el calvario que les estaba haciendo pasar Minhee.

Minhee esperaba en una celda en la estación de policía, cuando sintió que la celda se abría.

- Pagaron tu fianza, puedes salir.

Afuera la esperaba un anciano apoyado en su bastón, él se acercó y la miró preocupado.

- Nietecita, no sabes lo preocupados que me tenías. Vamos a casa, la abuela nos está esperando con la cena.

Se despidieron de los policías y en cuando se perdieron de  vista, se transportaron a la guarida del mago.

- Eres un fracaso para mis planes. – se quejó – No sabes acatar órdenes, y eres una malcriada. 

- No me hables así, vejestorio.

Un aura oscura se expandió por el lugar, y la chica cayó sentada por el temor que le provocaba.

- Desde hoy vas a obedecerme o te arrepentirás. – hablo con una voz tenebrosa – 

- Lo haré, lo prometo. – su voz se escuchó temblorosa por el miedo. –

El tiempo paso veloz y las habilidades de Yunho cada día mejoraban. Ya podía invocar bolas de fuego, a pesar de que a veces las cosas no salían como se las proponía.

- ¡Llama a los bomberos! – le grito a Ja Yun que estaba en la cocina –

- ¿Por qué? – corrió donde Yunho, asustada por su grito - ¡Por Merlín, trae el extintor de incendios!

Yunho había prendido fuego a unos trapos que estaban sobre la mesa del estudio, donde practicaba su alquimia y su magia. El fuego rápidamente se extendía, y cuando llego con el extintor vio como Ja Yun intentaba mantenerlo a raya. En un acción rápida apago el fuego, y suspiro tranquilo ya no había peligro.

- Tendré que estar contigo cuando practiques.

- Lo siento, no fue mi intención.

- Te dije que no debías hacer movimientos bruscos cuando invocaras bolas de fuego. – suspiró – Tendré que llevarte a practicar a espacios abiertos, no quiero que quemes la casa.

Yunho ya estudiaba menos libros de alquimia, debido a que ahora estaba más interesado en los libros de conjuros. Gracias a su gran poder la mayoría de los conjuros fáciles le salían de buenas a primeras, pero en cambio con otros causaba tal lio que Ja Yun debía correr a ayudarle.

Cuando Yunho tuvo un nivel medio de manejo de magia, Ja Yun decidió que había llegado el momento de entrenarle en combate. Cosa que no fue difícil para el joven Jung aprender, ya que desde pequeño había practicado artes marciales.

MinHee volvió a la tienda con un vestido entallado y escotado, para llamar la atención de Yunho.  Se inclinaba sobre el mostrador para enseñar sus pechos haciendo sentir incomodo a Yunho. Él no lograba entender por qué la chica iba todos los días a insinuársele. Creía que era bastante claro que no estaba interesado.

- Oye guapo, me podrías alcanzar aquello que esta sobre ese estante – se acomodó el escote casi haciendo que sus pezones se vieran –

- En seguida – dijo amablemente –

Estuvo toda la mañana tratando con ella, ya que Ja Yun había salido por hierbas y setas. Cuando la bruja blanca llego, vio el acoso al que estaba sometido Yunho y sin más se acercó.

- Yunho, ve adentro a estudiar.

- Voy. – suspiro aliviado –

Cuando Yunho desapareció por el pasillo la chica intento seguirle, pero Ja Yun fue más rápida y se interpuso en su camino.

- Solo personal autorizado puede ingresar.

- Ni siquiera pienses en que te saldrás con la tuya, Yunho es mío y haré hasta lo imposible para que te alejes de él. -  le amenazo y se marchó furiosa –

Después de esto Ja Yun decidió poner un hechizo de protección en la tienda, y así evitar el ingreso de esta muchacha. 

Aquel día en la noche escucho ruido en la habitación de Yunho, en cuanto entro vio como Yunho tiro un jarrón con la espada.

- Te quitare la espada si sigues rompiendo cosas. 

- Es que quiero practicar, debo estar listo para derrotar al dragón.

- Ya estás preparado Yunho, sólo te falta mejorar un poco con la espada.

Joon se presentó en los sueños de Ja Yun, algo estaba mal y debía informárselo a la joven hechicera.

Ja Yun camino hacia el viejo mago, y la preocupación se presentó en su rostro al notar la inquietud en la mirada de Joon.

- ¿Algo está mal?

- He sentido la presencia de Dak Ho. Él intentara hacer algo para evitar que se rompa su hechizo, ya no podemos esperar más. Hay que acabar con la maldición a más tardar mañana antes del amanecer.

- No puedo enseñarle los hechizos más complicados en un día.

- Él deberá valerse con los que conoce, y con su habilidad con la espada. De lo contrario Dak Ho podría hacer el hechizo permanente, o peor aún hacer despertar al dragón.

- Haré lo que pueda.

Ja Yun despertó sobresaltada, y rápidamente miro su móvil. Eran las cinco de la madrugada, se levantó y corrió a su laboratorio para fabricar brebajes. Machaco hierbas y setas, mientras agregaba agua y pequeñas dosis de minerales. En cuanto hervía la mezcla,  apagaba el fuego y las dejaba enfriar; limpiaba las botellas y las preparaba para embotellar la poción. 

Cuando Yunho despertó sintió un fuerte olor a azufre en el ambiente, y se dirigió al laboratorio para ver que tanto hacia Ja Yun. La vio correr de un lugar a otro buscando corchos para tapar las botellas, y sacando túnicas de un armario.

- ¿Qué haces?
- Hay que tener todo preparado para esta noche.
- ¿Qué haremos esta noche?
- Debemos romper la maldición.
- ¡¿Qué?! Pero no estoy listo, aun me falta practicar con la espada y mis poderes no están totalmente desarrollados.
- Te bastara con los que sabes en cuanto a magia, y en tus habilidades con la espada. –ella suspiro – Practica con esto.  – le dio una espada de madera, y hechizo una vieja armadura para que se levantara y combatiera con él. –
- ¿Cómo hiciste eso, yo puedo hacerlo?
- Aun no, pero después te enseñare. Ahora práctica. – le dio una orden a la armadura para que lanzara la primera estocada, y Yunho rápidamente bloqueo el golpe. –

Ya era casi medianoche cuando Ja Yun y Yunho se pusieron sus túnicas para partir, la joven hechicera abrió un portal y en segundos estaban frente a la barrera invisible que dividía el mundo de los mortales del bosque de los malditos. Dando un suspiro atravesaron y emprendieron el camino a la montaña, luego de un largo tiempo llegaron frente a la cueva, una vibración mágica les erizo la piel. 

- Debes beber estos dos elixires por completo. – le dio un elixir de un color rosa pálido – Este es el elixir que te ayudara a mantener la calma. – una vez Yunho se bebió de golpe el elixir le dio otro de un azul llamativo y algo brillante – Este es el de mana, te ayudara a mantener tu nivel de magia estable mientras  luchas. – ella guardo las pequeñas botellas – Mientras hacen efecto invocare a Joon.

- ¿Invocar a Joon? - preguntó anonadado –

- Es necesario tenerlo presente, en caso de que se nos vaya de las manos y no podamos controlar al dragón.

Yunho repetía una y otra vez los hechizos en su mente, estaba tan nervioso que temía olvidarlos y terminar carbonizado. Su concentración se perdió cuando una luz brillo tras él, lentamente, casi temiendo de que podía encontrar, volvió la vista atrás y ante sus ojos estaba un hombre mayor con la larga barba que le sonreía dulcemente.

- Es un gusto conocerte al fin, joven Jung.

- ¿Joon? – dijo incrédulo –

- El mismo que viste y calza.

- Esto no deja de sorprenderme.

- Y te seguirá sorprendiendo este mundo lleno de misterio. Pero ahora hay que prepararnos, pónganse en sus posiciones. Yunho, tu ira al centro y Ja Yun y yo a los costados.

Una vez todos estuvieron preparados, Joon comenzó a recitar un antiguo conjuro. La vibración mágica se hizo más potente y pesada.

Dentro de la cueva el dragón comenzaba a moverse lentamente, contraía levemente sus garras y apartaba sus alas. De golpe abrió sus ojos de color rubí, y se puso de pie. Sabía que alguien le esperaba a la salida, pero él no estaba dispuesto a ser derrotado.

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Nota: He decidido publicar antes el capítulo, gracias a todas por comentar. <3 Últimamente no he avanzado con la imagen para el fic :/ pero espero poder acabarla antes de que este fic finalice.

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