martes, 19 de febrero de 2013

Los dioses pelean por el amor - Cap. 2

Pasaron una tarde y una noche de terror encerrados sin poder dormir. Cuando en la mañana salieron vieron todo destrozado y algunos animales muertos.

- Los sacaron de su corral. – dijo a punto de explotar en llanto Tae Yang –

Todos observaron con pesar a tres unicornios y un Pegaso muertos en el suelo. Tae Yang corrió junto a una cría de unicornio que con su cabecita sin cuerno empujaba la cabeza de su madre que yacía muerta.

- Ven aquí pequeño – tomó entre sus brazos a la pequeña criatura que sólo había nacido hace unos días –

- Llévalo a descansar y luego se lo das al unicornio que nació su cría muerta.

- Si Marek.

Vieron a Tae Yang alejarse con la pequeña criatura.

Un grito resonó en el lugar y corrieron a ver qué pasaba.

- ¿Qué sucede HyunA?

- Mi jardín – dijo con la voz quebrada –

Ante sus ojos se presentaba el bello jardín de HyunA que ahora lucia destrozado.

La Diosa de la naturaleza miraba con horror sus hermosas flores doradas, sus enredaderas cristalinas y sus lirios de la felicidad. Todos habían sido cruelmente arrancados.

Jae Joong vio una mancha de sangre en el lago. Lentamente se acercó y pudo ver a los peces muertos flotando.

- ¿Qué sucede Jae Joong? – preguntó Yunho apareciendo a su lado – Dios

- ¿Cómo pudieron?

- Tae Yang, crees que puedas hacer algo.

- Puedo curar a los peces heridos y cuidar a los huevos hasta que nazcan los nuevos peces.

- ¿Puedo ayudar en algo? – pregunto Jae Joong –

- Ayúdame a sacar a los peces muertos del lago – dijo Tae Yang entrando al agua –

Yunho también ayudo con los peces y entre los tres lograron sacarlos a todos.

Con la ayuda de todos pudieron limpiar parte del desastre. Mientras las diosas ayudaban a HyunA a tranquilizarse.

- Respira HyunA, debes estar tranquila. Pronto te ayudaremos a arreglar tu jardín.

- Los destrozaron.

- Pronto todo volverá a ser como era antes de que nos atacaran.

- ¿Por qué tienen que hacer esto?

- Sabes que ellos nos culpan de que LeeTeuk fuera encerrado.

Jae Joong no entendía plenamente lo que pasaba allí. Todo fue inesperado; el repentino ataque al reino y el aun no revelado crimen de LeeTeuk.

Jae Joong quería preguntar sobre esto a Yunho, pero no era oportuno en este momento.

Se acercó al jardín de HyunA y tomo en sus manos una pequeña flor dorada.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó Yunho dulcemente –

- Sólo vine a observar.

- ¿Qué querías ver?

- Quería ver si podía hacer algo por el jardín de HyunA.

- ¿Sabes de Jardinería?

- Algo aprendí de mi madre.

- ¿Necesitas algo?

- Unas cuantas personas que me puedan ayudar.

- Yo las consigo – le guiño el ojo y se fue –

A los pocos minutos Yunho regreso con Junsu, Changmin, TaeYang y Hyo Rin.

- Ayudaremos en lo que podamos. – Dijo Hyo Rin -

- Necesito que busquen las flores que no están muertas.

- ¿Qué hacemos con las que se pueden salvar pero están maltratadas?

- Deben buscar ramas y amarrarlos a ellas para que puedan sostenerse.

Después de un rato trabajando lograron arreglar el jardín de la joven diosa.

- HyunA – dijo Hyo Rin – tenemos una sorpresa.

- Nada podría alegrarme.

- Estoy segura que esto te sacará una sonrisa.

Llevaron a HyunA hasta su jardín con los ojos vendados. Ella podía oler el aroma de sus flores y las lágrimas comenzaron a bajar por sus delicadas mejillas.

- Puedes abrir los ojos.

- No quiero ver…. Esto, es hermoso – dijo llorando –

- Sabíamos que estabas triste y quisimos ayudar.

- Gracias- dijo abrazándolos a todos –

- Siempre puedes contar con nosotros – dijo Jae Joong –

Vio sus flores y plantas luchando por vivir. Se acercó a ellas y les susurro.

- Todo estará bien, mamá las cuidara.

Dejaron a HyunA con sus flores y ellos fueron a ocuparse de otras cosas.

Llego la noche y Marek dio por terminada la jornada.

- Es suficiente por hoy. Todos vayan a descansar.

Yunho encamino a Jae Joong a sus aposentos mientras lo tomaba de la mano.

- Que descanses – dijo Yunho –

- Tú también descansa.

Jae Joong se cambió su túnica por una de seda más liviana y cómoda. Mientras dormía no podía evitar preguntarse qué era lo que había hecho LeeTeuk para ser castigado de esa manera tan horrible.

Rodo en su cama sin poder dormir. No podía dejar de pensar en eso.

Debía preguntarle a Yunho sobre el asunto para poder dormir.

Se levantó y salió de su cuarto. Caminó por el pasillo y se dirigió a la habitación de Yunho.

Se paró frente a la gran puerta y tocó suavemente.

Yunho sintió los golpes en su puerta y con su espada se acercó a ver de quien se trataba.

Al abrir vio a Jae Joong parado tímidamente ante él.

- ¿Jae Joong, qué haces aquí?

- Este… yo, no podía dormir – dijo bajando la mirada –

- ¿Por qué no podías dormir?

- Es que… tengo curiosidad.

- ¿Curiosidad?

- Así es.

- ¿sobre qué quieres saber? – preguntó Yunho dejando entrar a Jae Joong a su habitación –

- Es sobre LeeTeuk – dijo en un susurro mientras se sentaba al borde del lecho –

- ¿quieres saber qué fue lo que hizo?

- Sí.

- Bueno, te contare.

Hace mucho tiempo, cuando esta tierra aún era joven, existía la paz entre los mortales. Todos vivían en armonía los unos con los otros.

Ellos nos rendían culto y a cambio les dábamos buenas cosechas y salud. Un día Marek bajo a Sakura y vio a una hermosa mujer de la que se enamoró. Producto de la unión nació LeeTeuk.

Él creció para convertirse en un joven fuerte y valiente, que se convirtió en un héroe de gran fama alrededor de la comarca.

Debido a sus grandes proezas fue citado a través de sus sueños por Marek al gran templo de la misericordia de Marek en Sakura.

Al llegar Marek se manifestó en forma física y le dijo que él era su padre. Le ofreció ser convertido en Dios y LeeTeuk acepto.

A los pocos días LeeTeuk subió a Dubisa y se nos anunció que sería convertido en el Dios de la valentía. Un par de semanas más tarde fue su ceremonia de conversión y finalmente fue convertido en Dios.

Al principio todo marchaba bien, él hacia bien su trabajo, pero un día un gran caos se ocasiono al sur del monte de los lamentos.

A LeeTeuk y a mí nos encomendaron la tarea de ver lo que sucedía. Cuando llegamos allí una gran grieta se había abierto en el suelo y dejaba ver el magma a través del mar.

- ¿Qué está pasando? – preguntó LeeTeuk –

- No lo sé, pero no puede ser nada bueno.

Una gran lechuza blanca descendió desde el cielo y entre sus patas traía un mensaje de Marek.

- ¿Qué dice?

- “Una gran catástrofe se acerca, las bestias han escapado de su prisión y buscan venganza. En el inframundo no han podido detenerlas; escapen mientras puedan.”

- ¿De qué bestias están hablando Yunho?

- El mundo que conoces antes no era así.

- ¿A qué te refieres?

- Cuando este mundo se formo estaba invadido de horribles bestias que mantenían todo en penumbras.

- ¿Bestias?

- Para que la vida pudiese ser albergada en este lugar tuvimos que luchar arduamente durante largos días y extenuantes noches para poder erradicar a las bestias que fueron encerradas en una prisión en el inframundo.

- ¿Cómo fue que escaparon?

- Son bestias; astutas aunque con poco cerebro. Usaron sus poderes para que su carcelero no pudiera verlos. Y al abrir la puerta escaparon y lo mataron. – dijo tras leer unos pequeños símbolos tras el papel. –

- ¿Qué debemos hacer?

- Por ahora regresar a Dubisa y volver con un plan.

- Pero somos Dioses, somos invencibles.

- Y ellos son bestias; criaturas peligrosas y poderosas.

- Ningún arma puede dañarnos, podemos contra ellos.

- En el inframundo hay una cámara que esconde poderosas armas. Ten por seguro que fue saqueada – dijo Yunho mirando a LeeTeuk –

- No podemos huir como cobardes.

- Pero tampoco podemos arriesgarnos y morir.

- Pero al menos lo habríamos intentado.

- Pero eso causaría la perdición de la humanidad.

Antes de poder decir algo más la tierra comenzó a temblar y salieron horribles criaturas desde dentro.

- Ya es tarde. Escapemos – dijo Yunho tomando las riendas de tormenta. –

- Vete tú, yo combatiré a las bestias. – dijo avanzando en dirección a las criaturas. –

- ¡No, LeeTeuk! – fue el grito de Yunho al ver al chico avanzar –

Fui lo más rápido que pude hasta él, desenvaine mi espada y luchamos contra las bestias.

LeeTeuk fue golpeado por una bestia y cayó al vacío. Cuando intente ir por él sentí un gran dolor y me desvanecí.

Desperté en Dubisa y me dijeron que las bestias estaban invadiendo los lugares cercanos al monte.

- ¿Dónde está LeeTeuk?

- No pudimos encontrarlo. Probablemente las bestias ya le mataron.

Hicimos un plan para derrotarlos y cuando volvimos a combatir a las bestias vimos a LeeTeuk. Lo tenían como prisionero.

Luchamos pero no pudimos recuperarlo.

- Tienes que estar de nuestro lado LeeTeuk – dijo un enorme ser junto a él –

- No lo haré. Ustedes… ustedes quieren destruir nuestro mundo.

- Este mundo era nuestro hasta que ellos llegaron.

- Este mundo alberga la vida que ustedes no permitían que se desarrollara.

- Escúchanos, si vienes con nosotros serás nuestro Rey.

- ¿Su Rey?

- Tú dominaras el nuevo mundo.

- No, no puedo aceptar.

- Acepta, veras que a nuestro lado triunfaras.

- Serás el ser más poderoso sobre esta tierra.

- ¿El más poderoso?

- Así es.

- ¿Podré gobernar esta tierra yo sólo?

- Nosotros seremos tus fieles mi señor.

- Acepto.

Cuando volvimos a verle estaba a la cabeza de las bestias invadiendo ciudades. Sus ojos se habían vuelto rojos y su semblante oscuro.

- LeeTeuk, reacciona.

- ¿Reaccionar?

- Te están utilizando para lograr su objetivo.

- Ellos son mis súbditos. Y esta es mi tierra.

- No quiero tener que pelear contigo LeeTeuk.

- Sólo ríndanse y no tendrán que pelear.

- ¡No voy a permitir que arruines este mundo que tanto nos ha costado sacar adelante!

- ¡Este mundo me pertenece! si no se van ahora sufrirán las consecuencias.

Un gran rugido se dejó escuchar por todo el oscuro cielo, y las sombras rodearon a los dioses impidiéndoles el movimiento.

Con horror observamos cómo devastaban todo a su paso. Las personas que se cruzaban en su camino caían muertas.

Caímos inconscientes y cuando despertamos estábamos en Dubisa. Miramos a la tierra y todo era oscuridad absoluta.

- ¿qué pasó después?

Todos los monjes de nuestros templos fueron sacrificados en honor a LeeTeuk. Nuestras sacerdotisas fueron degolladas. Los niños mayores de diez años fueron obligados a hacer trabajos forzados.

Las cosechas murieron por la falta de sol, los ríos se secaron y los animales estaban muriendo.

El mundo se sumió en la oscuridad, miseria y hambruna. Las bestias mantuvieron el invierno de manera permanente, devoraban a los animales y a cualquiera que se atreviera a hacerles frente.

Intentamos numerosas veces vencerlos… Pero no lo logramos, perdimos a algunos dioses en nuestra batalla. Otros quedamos gravemente heridos.

Después de diez años creamos un plan para la batalla. Pedimos la ayuda de todos los dioses y demonios que estaban a nuestro favor.

Bajamos desde Dubisa y usamos nuestros poderes para derrotarlos. Iluminamos alrededor de las sombras y las arrastramos hasta su prisión; subimos la temperatura para que las bestias del hielo huyeran a su encarcelamiento. Y así lo hicimos con cada una de las bestias.

LeeTeuk quedo solo en la batalla. Pero aun así lucho. Los demonios lo acorralaron y nosotros nos encargamos de apresarlo.

- ¿cómo lo lograron?

Con nuestros poderes logramos llevarlo hasta la corte de los dioses.

- ¿Allí fue juzgado?

Fue un juicio especialmente difícil ya que LeeTeuk fue aceptado por nosotros en nuestro reino.

- ¡No pueden juzgarme! ¡Soy el Rey del nuevo mundo!

- LeeTeuk de Sakura, hoy se te juzga por delitos contra la humanidad.

- Es mi reino y puedo hacer lo que quiera con él.

No tardamos mucho en juzgarlo.

- LeeTeuk, te declaramos culpable de tus crímenes, y te condenamos al encierro bajo el monte de los lamentos.

Cuando lo llevamos sentimos su mirada de rencor sobre nosotros. Cuando cerramos su prisión el me miró con mucha furia.

- ¡Me vengare!

Jae Joong estaba sorprendido por lo que había escuchado de Yunho.

- No puedo creerlo.

- Sé que parece algo difícil de creer – dijo acariciando la mejilla de Jae Joong –

- ¿Cómo pudo hacerles eso?

- Él era ambicioso. Una persona ambiciosa es capaz de todo.

Jae Joong bajo la cabeza y se quedó pensando en lo mal que lo pasaron los dioses con todo el asunto de LeeTeuk.

- Prometo que jamás hare algo así.

- Tu eres bueno, eres incapaz de siquiera pensarlo – dijo sujetando suavemente la barbilla de Jae Joong y mirándolo con amor. –

Se quedaron un momento abrazados hasta que Yunho creyó que ya era hora de que Jae Joong se fuera a dormir.

- Es hora de que descanses. Será mejor que vayas a tu habitación.

Jae Joong se levantó de la cama y comenzó a caminar hasta la puerta. Se detuvo allí y se volteó a ver a Yunho.

- ¿Puedo dormir esta noche contigo? No me siento seguro solo.

- De acuerdo, ven aquí – dijo apartando las sabanas de seda de su cama y haciéndole un espacio a Jae Joong. –

- Gracias.

- De nada – dijo para finalmente quedarse profundamente dormido –



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