martes, 14 de agosto de 2012

Te amo, a pesar de todo - Capitulo 8


Capitulo 8: nuestra nueva vida en Busan

Jae Joong dormía en el hombro de Yunho tranquilamente. Yunho miraba por la ventana y acariciaba la cabeza de Jae Joong.
El paisaje pasaba rápidamente ante sus ojos y aun no lograba creer que habían escapado.
Estaba preocupado por su familia y al mismo tiempo feliz de poder estar con su novio.
Sabia que la vida seria difícil ahora que debían valerse por si mismos. Pero no le asustaba. Estaba dispuesto a cualquier cosa por su novio.
Jae Joong se removió inquieto y lo abrazo más fuerte. Sonrió con ternura y le beso delicadamente los cabellos lisos que caían sobre su frente.
Poco a poco fue también cayendo en los brazos de Morfeo. Cerró los ojos y se durmió. En cuanto despertó se dio cuenta que estaban por llegar a Busan. Despertó a Jae Joong y en cuanto llegaron a la estación se levantaron y tomaron sus cosas. Al bajar del tren buscaron con la mirada a alguien que los estuviera esperando. Después de buscar un poco dieron con una persona que sostenía un cartel que decía “Jung Yunho, Kim Jae Joong”. Caminaron hacia él e hicieron una reverencia.
-          ¿ustedes son Yunho y Jae Joong?
-          Si, somos nosotros.
-          Mucho gusto, yo soy Park Dong Yul – dijo dándole a cada uno un fuerte y amistoso apretón de manos –
-          El gusto es nuestro.
-          Vengan, los llevare a casa.
Caminaron junto al hombre hasta un sencillo automóvil más bien antiguo. Subieron en el y partieron a la casa. Una vez llegaron la mujer encargada del lugar los llevo a la habitación con otros chicos.
-          Sean amables con ellos – advirtió –
-          Si señora Han.
-          ¿de donde vienen?
-          Somos de Seúl.
-          Hace tiempo que no venia alguien de Seúl.
-          Hace unos meses se marcho el último chico que venia de allí.
-          ¿ustedes hasta cuando se quedaran?
-          Hasta que consigamos un lugar en donde vivir.
-          Ellos buscan un lugar definitivo en donde vivir. Al igual que nosotros. No podemos quedarnos aquí para siempre.
El hombre que fue a recogerlos entro a la habitación y con una sonrisa amable preguntó.
-          ¿Necesitan algo?
-          Necesitamos buscar empleo. ¿nos puede prestar el periódico?
-          Claro, iré a buscarlo. – dijo saliendo de la habitación –
El hombre salió de la habitación y al poco rato volvió con un periódico.
-          Te recomiendo que respondas a las ofertas de empleo de camarero o ayudante de cocina. Siempre le dan esos empleos a chicos de tu edad.
-          De acuerdo. – dijo Yunho tomando el periódico –
Inmediatamente vio empleos de camarero y ayudante de cocina en el mismo restaurant.
-          Mira esto amor, ofrecen trabajo de ayudante de cocina y mesero… ¿sabes cocinar o algo?
-          Si, pero creo que como ayudante de cocina solo me mandaran a lavar platos.
-          ¿pedimos el trabajo?
-          Si
-          Que bien.
-          ¿ya eligieron trabajo?
-          Si, pediremos estos trabajos – dijo mostrándole el periódico con el aviso encerrado en un circulo –
-          Este lugar esta cerca de aquí. Podemos ir ahora mismo si quieren.
-          ¿en verdad?
-          Claro.
-          Entonces vamos. –dijo emocionado Yunho –
Dos calles mas allá había un pequeño restaurant de comida coreana. Entraron y con ayuda del hombre de la casa en que se quedaban pudieron conseguir el empleo.
-          Pueden comenzar mañana – sonrió el dueño del restaurant –
-          Gracias – hicieron una reverencia –
Salieron del lugar y volvieron a la casa.
-          ¿Cómo les fue?
-          ¿consiguieron el empleo?
-          Si – dijo feliz Jae Joong –
-          Eso es fantástico.
Hablaron con el resto de muchachos para conocerse mejor.  Descubrieron que había tres muchachos que habían escapado de casa para evitar ser llevados al altar en matrimonios arreglados. Otros dos chicos habían huido al enterarse que sus padres querían mandarlos a escuelas militares por ser homosexuales.
-          Al parecer todos tenemos historias similares.
-          La vida aquí en corea es muy complicada si eres homosexual.
-          Todos los dedos apuntando hacia ti.
-          Las miradas llenas de repudio y desdén… son realmente muy dolorosas.
-          En este mundo si eres diferente la pagas muy caro.
-          Las personas pueden legar a ser muy intolerantes. De ustedes depende forjar un mejor futuro y una mejor sociedad. – dijo la mujer que había escuchado la conversación –
-          Lo sabemos. Solo de nosotros depende el futuro.
Fueron a comer y luego los muchachos los llevaron a recorrer la ciudad.
-          Busan es una  ciudad muy bonita. – dijo Jae Joong abrazando a Yunho –
-          Sin lugar a dudas escogimos un buen lugar para comenzar nuestra nueva vida. – contesto Yunho sonriendo –
Recorrieron la ciudad y visitaron algunas playas.
-          Aquí hay mucha gente.
-          Si, en la playa suele haber mucho turista.
Volvieron a la casa donde los esperaban con la comida.
-          Que bueno que llegan muchachos, siéntense a comer.
-          Primero deben lavarse las manos.
Yunho, Jae Joong y los otros chicos fueron a lavarse las manos y volvieron a comer.
Comieron tranquilamente y hablaron sobre su recorrido a la ciudad.
-          Mañana será un gran día. – dijo feliz Jae Joong –
-          Debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para salir adelante.
La tarde era tranquila, y los  chicos disfrutaban de su compañía.
Pero, en Seúl las cosas no estaban tan bien.
Las madres de los muchachos estaban con ataques de histeria. Totalmente abatidas sin saber donde estaban sus angelitos.
-          Tranquila mamá, encontraremos a Jae Joong – intento tranquilizarla su hija mayor –
-          Hija, estoy tan angustiada. Tu hermano jamás había hecho algo así.
En la casa Jung la madre de Yunho no paraba de llorar mientras abrazaba la fotografía de su hijo mayor.
-          Mi bebé, mi bebé – no paraba de repetir una y otra vez –
-          Mamá lo encontraremos – dijo su hija con el rostro bañado en lágrimas –
El abuelo de Yunho solo estaba sentado en el sofá con sus manos apretando el bastón, con el rostro lleno de culpa y preocupación.
Ya había llegado la noche y todos juntos se fueron a dormir. Al siguiente día comenzaban a trabajar desde temprano en el restaurant.
Ya amanecía y junto con el sol Yunho y Jae Joong  se levantaban para trabajar.
Desayunaron tranquilamente y marcharon al trabajo.
-          Buenos días muchachos – saludo el dueño –
-          Buenos días señor Lee.
-          Bueno comencemos a  limpiar antes de abrir.
-          De acuerdo.
Luego de limpiar abrieron el restaurant y la gente comenzó a entrar. Yunho también trabajaba de mesero.
-          Buenos días, ¿puedo tomar su orden?
-          Por favor.
Luego de anotar la orden fue hasta la cocina e informo.
-          En la mesa tres quieren gyeran mari con gim y té verde.
-          En seguida. – dijo Jae Joong comenzando a preparar el batido para verterlo en la sartén. –
Al poco tiempo ya tenía los royos de omelette con alga seca listos y el señor Lee ya tenia el té preparado y listo para servir.
Yunho llevo el pedido a la mesa y los dejo para que comiesen mientras él iba a atender a una señora que recién llegaba.
-          Buenos días, ¿Puedo tomar su orden?
-          Si por favor hijito, quiero kata yakisoba.
-          ¿Kata yakisoba? Espere un minuto por favor – dijo mientras se alejaba en dirección a la cocina.
Una vez dentro miro a su jefe y a Jae Joong.
-          ¿Qué es kata yakisoba?
-          Fideos fritos – respondió Jae Joong – un platillo japonés, ¿Por qué lo preguntas?
-          Una señora los pidió. Iré a decirle que aquí no vendemos. – dijo marchándose –
Una vez llego a la mesa, se paró frente a la anciana.
-          Señora, disculpe, pero aquí no vendemos kata yakisoba.
-          ¡¿Pero qué clase de restaurante es esté que no vende kata yakisoba?! – comenzó a gritar la mujer –
-          Señora es que el kata yaki  -pero fue interrumpido ya que la señora apenas comenzaba con su escandalo –
El señor Lee salió de la cocina para intentar calmar a la mujer y que dejara de gritar.
Mientras el hombre intervenía la gente miraba asombrada la escena. Pero antes de que lograra espantar a la clientela una familia entro corriendo en dirección a la mujer.
-          Mamá, ¿Qué sucede? – pregunto una mujer de unos treinta años –
-          En este restaurante dicen que no venden kata yakisoba. ¿Qué clase de restaurante japonés no vende kata yakisoba?
-          Mamá, este es un restaurante de comida coreana, el de comida japonesa esta al lado.
-          Siento  las molestias que pudiera causar mi suegra. – dijo el hombre que acompañaba a la mujer –
-          No se preocupe – dijo el señor Lee –
Luego de ese extraño incidente continuaron trabajando. Clientes por aquí y por allá. Ordenas saliendo de la cocina, humeantes por el vapor.
-          Kimchi para la mesa seis. – dijo Yunho –
-          Sale enseguida.
A las cuatro de la tarde tomaron un descaso para comer y cerraron por un momento el restaurante.
-          Tengan muchachos Kimchi y gyeram mari. – dijo poniendo la comida frente a los muchachos –
-          Gracias señor – agradecieron ambos –
-          De nada muchachos.
Comieron tranquilamente y alistaron todo para abrir nuevamente.
Apenas abrieron la puerta y ya había clientes esperando.
-          Buenas tardes – saludo Yunho –
Guio a los clientes a sus mesas y tomo sus ordenes.
El resto del día pasó entre tomar órdenes y preparar platillos tradicionales coreanos.
Casi a la media noche el restaurante cerro y ellos se despidieron para ir a casa.
Entraron y se extrañaron que aun estuviesen las luces encendidas.
-          Bienvenidos muchachos.
-          Es tarde, ¿Por qué están despiertos aún?
-          Muchos muchachos llegan a esta hora de trabajar, necesitan un plato de comida caliente para reponer energías.
-          Estoy en casa – anuncio Aron uno de los chicos –
-          Bienvenido a casa Aron – saludamos –
Cenaron y hablaron con tranquilidad.
-          ¿Cómo les fue en su primer día de trabajo? – pregunto uno de sus compañeros –
-          Bien, aunque una señora comenzó a gritar porque quería un platillo japonés – dijo Yunho –
-          ¿será la señora que comenzó a gritar que quería comida coreana cuando trabajábamos en el restaurante de comida japonesa? -  pregunto Kibum –
-          Si, creo que es la misma – contesto Junki –
Se fueron a dormir felices por haber hecho bien las cosas en su primer día de trabajo.
El abuelo de Yunho se encontraba desesperado por no saber el paradero de su nieto. Su estado de ánimo era totalmente irritable. Su nerviosismo estaba a flor de piel, su preocupación estaba a punto de hacerlo colapsar y estallar en llanto. ‘Si tan solo lo hubiese dejado salir con ese chico’ pensó en el hombre con culpabilidad.
Las lágrimas de la madre de Jae Joong se negaban a parar. Su familia rogaba que fuera encontrado con vida.
El nuevo día comenzó y con él su segundo día de trabajo. Los clientes disfrutaban de la exquisita comida y del buen servicio del restaurante.
Al medio día un cliente pidió ver al chef de tan sabroso platillo. Y sorprendido por la corta edad de Jae Joong le felicito.
Lo que no sabían es que esa persona era un crítico de un periódico de Busan y el restaurante que calificaría para su artículo semanal era justamente en el que ellos trabajaban.
El descanso para comer llego y esta vez fue Jae Joong quien preparo la comida.
El final del día llego y como premio su jefe les obsequio un pastel para que compartieran con los chicos con los que vivían.
Llegaron a casa y después de comer la señora Han repartió el pastel en porciones iguales para cada uno.
Fueron a dormir juntos y felices por que todo estaba resultando de maravilla para ellos.
La semana pasó y se sorprendieron al leer la crítica en el periódico. Felices por ello el jefe decidió hacer una pequeña fiesta en el restaurante para celebrar la critica positiva que recibió su restaurante.
-          Hagamos un brindis por Yunho y Jae Joong, - comenzó a decir el dueño del establecimiento – que desde que llegaron nos han alegrado la vida a todos.
Chocaron sus vasos con soju y bebieron el licor de un trago. Salieron un poco bebidos del restaurante y se dirigieron a la casa. Durmieron pacíficamente.
El tiempo pasaba y con ellos llego el primer sueldo de los muchachos que lo depositaron en sus cuentas bancarias, ya que ambos habían llevado sus tarjetas de crédito y debito.
Por su parte su familia y amigos pensaban lo peor al haber pasado un mes sin saber nada de ellos.
-          ¿creen que les paso algo malo? – pregunto entre lagrimas Junsu –
-          No pienses eso Susu – dijo Yoo Chun abrazándolo –
Los chicos disfrutaban de su día libre e casa junto a sus compañeros que habían tenido la suerte de tener el mismo día libre. Se encontraba jugando a las cartas cuando un golpe y una exclamación los hizo dejar su juego.
-          ¿Qué ha pasado? – preguntaron cuando entraron en la cocina y vieron la licuadora rota –
-          Se ha caído la licuadora – dijo la señora Han –
-          No tenemos dinero para comprar una nueva – dijo Dong Yul –
-          Nosotros tenemos dinero como para comprar una licuadora – dijo Jae Joong –
-          Es el dinero que ganaron con su trabajo, no podemos aceptarlo – dijo la señora Han –
-          Bueno, yo puedo pagar una licuadora con mi tarjeta de debito – dijo Yunho –
-          ¿en verdad muchacho? –pregunto Dong Yul –
-          En verdad – insistió Yunho –
Salieron de la tienda con una licuadora nueva y con una nueva tostadora.
-          Yunho no debiste molestarte – dijo la señora Han –
-          No hay problema, puedo pagar las cuotas de apoco – sonrió Yunho –
-          Podemos – le corrigió su novio –
-          Son tan buenos chicos.
A los pocos días a la casa de los Jung llego en informe del detective privado que había contratado.
-          Señores Jung, las tarjetas de debito y crédito de su hijo presentaron movimiento – informo el hombre –
-          ¿Dónde? – se apresuró a preguntar el señor Jung que sostenía la mano de su esposa –
-          En la ciudad de Busan, hizo un depósito hace tres días y compro una licuadora y tostadora en una tienda de electrodomésticos.
-          ¿para que querría mi hermano una licuadora y una tostadora? – pregunto extrañada Yun Bin –
-          No puede ser mi hijo, quizá lo tienen secuestrados y están usando sus tarjetas – dijo angustiada la mujer –
-          ¿para que querría un secuestrador una licuadora y una tostadora? –esta vez dijo Elizabeth –
-          Lo que nosotros creemos es que se escapo a Busan. – dijo el detective- ¿él tenía algún motivo para irse de casa?
-          Bueno, quería llevarlo a Alemania conmigo – dijo el abuelo de Yunho –
-          Entonces el caso esta resuelto, solo queda ir por él a Busan.
-          Sigo sin entender para quiere mi hermano una licuadora y tostadora si no sabe usarlos.
-          ¿no sabe ocuparlos? – pregunto extrañado el detective –
-          Apenas sabe preparase ramen instantáneo.
-          Entonces debe estar con alguien Busan.
-          ¡Jae Joong! – grito repentinamente la madre de Yunho recordado al hijo menor de los Kim –
-          ¿Por qué crees que se fue con él?
-          La madre de Jae Joong, la vi el día en que Yunho desapareció.
-          ¿Qué estaba haciendo?
-          Estaba poniendo una denuncia de desaparición.
-          Tuvo que haber ido con él. – estuvo de acuerdo el abuelo –
-          Debemos decirle a su madre que esta en Busan con Yunho.
Ha Neul bajo corriendo las escaleras mientras con desespero buscaba a sus padres.
-          ¡Mamá, papá! – grito –
-          ¿Qué sucede hija?
-          Es Jae Joong.
-          ¿Qué pasa con él?, ¿Lograste contactarlo?
-          No pero, tengo un amigo en Busan al que le conté sobre la desaparición de Jae Joong. – comenzó a decir Ha Neul – estaba revisando unos periódicos del mes pasado cuando vio esto. – dijo entregándoles la hoja impresa en que salía un articulo de critica gastronómica. –
-          ¿esto qué tiene que ver con tu hermano?
-          Escuchen – dijo tomando el periódico – “quede gratamente sorprendido ayer al ir a comer al restaurante ‘El corazón de Busan’. Probé un simple platillo de Kimchi. Pero este era exquisito.  Quise conocer al chef y supe que un jovencito de 15 años llamado Kim Jae Joong lo había preparado. Pero no solo la comida fue agradable, sino que el servicio también era excelente. Espero que cuando visiten este restaurante puedan ser atendidos por Jung Yunho y probar la deliciosa comida de Kim Jae Joong, ambos jóvenes de Seúl.”
-          ¿esta e Busan? Mi bebé esta en Busan – dijo emocionada la señora Kim –
De repente el teléfono comenzó a sonar y el señor Kim corrió a contestar.
-          ¿diga? Señora Jung, ya sabemos que esta en Busan. Mi hija tiene un amigo en Busan que le conto que en un periódico salía un articulo sobre ellos. Ha Neul pásame el periódico.
-          Aquí esta papá
-          Gracias, dice que se llama “El corazón de Busan”. Claro también iremos a buscarlo. Adiós.
-          ¿Qué sucede?
-          La mamá de Yunho contrato un detective que lo rastreo hasta Busan.
-          Entonces nuestro hijo esta con Yunho en Busan.
-          Si.
Los chicos continuaban con su vida normalmente sin siquiera sospechar que sus padres estaban al tanto de su paradero. Quizá la paz y tranquilidad se acabaría.
Los padres de los chicos se reunieron y decidieron partir al día siguiente a Busan para ir por sus hijos.
Los chicos llegaron cansados después de un agotador día de trabajo.
-          Buenas noches chicos – saludo Dong Yul –
-          Buenas noches.
-          ¿Qué tal el trabajo?
-          Agotador –contesto Jae Joong –
La mañana llego y los padres de los chicos emprendieron el viaje a Busan.
Los chicos estaban trabajando muy animados ya que al día siguiente era su día libre.
Ese día se veía mucho movimiento en el restaurante lo que significaría buenas propinas para Yunho.
El que se encontraba un poco cansado era Jae Joong con tanto pedido que entraba y salía. Era la primera vez que tenían tanta clientela desde que comenzaron a trabajar.
La tarde llego y con ella sus padres a Busan que comenzaron a buscar el restaurante. No planeaban partir de esa ciudad sin llevarse a sus hijos con ellos.
-          Pareces cansado amor. -  dijo Yunho masajeando los hombros de Jae Joong mientras que el señor Lee iba por la comida de los tres. –
-          Estoy un poco cansado. – contesto acariciando las manos de su novio –
-          Chicos, la comida – dijo poniendo los platos –
Al terminar de comer sintieron uso fuerte golpes en la puerta del restaurante.
-          Parece que estar desesperados por comer. – comento divertido el señor Lee que camino hasta la puerta. –
-          ¿Dónde esta? – grito entrando la madre de Yunho –
-          ¿Quién? – pregunto extrañado el señor Lee –
-          ¡Mi hijo! si no me dice donde esta lo demandare por secuestro.
-          ¿mamá?
-          ¡Yunho! – grito abrazándolo –
-          ¡Jae Joong! – grito la señora Kim al verlo salir de la cocina –
-          ¿Qué haces aquí?
-          Vine por ti. – le consteto –
-          Y yo vine por ti. – dijo la madre de Yunho –
-          No iré madre. no volveré para ir a Alemania con el abuelo.
-          No deberás ir a Alemania conmigo. – dijo entrando – cometí un error y lo admito. O volveré a forzarte a dejar a tu novio solo porque yo quiera una novia para ti.
-          ¿hablas en serio abuelo?
-          Claro que si. Eres mi nieto y debí interponer tu felicidad antes que la mía.
-          Gracias abuelo. – dijo abrazándolo –
-          ¿volverás a Seúl?
-          Pero, no podemos dejar solo al señor Lee.
-          No se preocupen por mí. Deben regresar, yo se lo que es estar arrepentido por dejar ir a un hijo.
-          ¿a que se refiere?
-          Mi hijo hace 18 años que se fue. Yo no podía aceptar que su novia fuera extrajera, así que un día se marcho y no volvió.
-          Lo siento mucho.
-          Vayan en paz y cuídense mucho.
-          Nosotros podríamos esperar hasta que terminen de trabajar para irnos – dijeron las madres –
-          Seria buena idea, así aprovechamos de recorrer la ciudad. – dijo el abuelo –
-          Nos vemos en la noche. – dijeron los chicos cuando vieron salir a su familia –
Elizabeth se quedo atrás y se acercó a su primo con la cabeza gacha.
-          Primo, quería disculparme por todos los problemas que te cause. – se disculpo –
-          No te preocupes, lo importante es que te diste cuenta de tu error.
-          Jae Joong, ¿tú me perdonas?
-          Claro. – dijo sonriendo –
-          Gracias. – sonrió para seguir a su familia –
Sin más que esperar abrieron el restaurante y continuaron trabajando.
Al llegar la noche la tristeza los inundo y se despidieron del señor Lee.
-          Este es el adiós muchachos. – comenzó a decir el hombre – disfruten, vivan y amen mucho que la vida es muy corta.
-          Gracias señor Lee, prometemos volver. – dijo Jae Joong al borde de las lagrimas. –
-          Nos veremos en un futuro. – sonrió –
Junto a su familia regresaron a la casa y les explicaron a todos que volverían a Seúl.
-          Los extrañaremos. – dijeron los chicos –
-          Y nosotros a ustedes.
-          Coman bien. – dijo la señora Han.
-          Cualquier cosa que suceda los esperaremos con los brazos abiertos. – dijo Dong Yul –
Subieron a los coches y partieron a sus casas, con el regocijo de que podrían estar juntos sin prejuicios de sus propias familias.

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