domingo, 13 de mayo de 2012

Un café para Platón - Reituki Ver.



Un día de octubre a clases no llego
Había dejado la universidad
Como un pitillo a medio terminar
Su carrera se quedó.
No lo vi hoy en clase. Me pregunto si estará bien. Es raro en Ruki no asistir.
Él quiere ser alguien en la vida. Por nada del mundo dejaría su carrera. Después de clase le llamare.
No contesta su celular. Estoy preocupado por él.
Mañana le preguntare que ha pasado.
Hoy tampoco asistió, debe estar enfermo. Quizá se contagio de la epidemia de gripe que hay. Varios chicos han enfermado.
Siempre pedía un café para platón
Y unas monedas para locomoción
No tenía nada y valía más que yo,
Porque él todo lo dio…
No fue nuevamente. Mi corazón duele al no poder verlo ni poder hablar con él.
Por instinto fui al café que queda cerca de la facultad. Entre y vi a la mesa que siempre ocupabas, esperando encontrarte con un café en la mano y en la otra un libro de Platón.
Esperaba escuchar tu voz diciéndole al camarero  “Otro café para Platón.”
Fue a tu casa a buscarte. Tu casa era humilde y pequeña pero muy hogareña.
Toque la puerta de madera maltratada por los años y por las polillas que insistían en devorar esa débil estructura.
Escuche pasos y ya podía verte frente a mi con tu ropa gastada y tus zapatos viejos. Siempre decías que eras pobre pero feliz. Que algún día serias alguien y le darías todo a tu familia.
Recuerdo que una vez dijiste que si tuvieras mucho dinero comprarías una taza del café más caro del mundo para beberlo. Pero cuando supiste de lo que estaba hecho preferiste no gastar tu futuro dinero en eso.
La puerta se abre y veo a tu madre; una mujer bella mujer que ya pasa los sesenta años pero no los deja ver. Ella me sonríe y yo le muestro mi mejor sonrisa, después de todo es la madre de mi querido novio.
-          Buenas tardes – la saludo –
-          Buenas tardes, Reita– me saluda dulcemente - ¿Qué haces por aquí?
-          Busco a Ruki, no ha ido a la universidad y estoy preocupado – le dije mordiendo mi labio pero aun manteniendo esa sonrisa –
-          Ruki no esta – me dice tu madre – él se ha ido
Mi sonrisa se borra y una lágrima escapa de mis ojos.
Dime amigo en que lugar del mundo te hallaras,
Tomando un café junto a Platón…
Yo se bien que tu estarás
Hablando de la paz…. De la paz
Tu siempre dijiste que; la paz
Se escapa entre los dedos de la humanidad
Y los pretendes juntar, son tantas manos
Que no alcanzarás…
No se donde estas. Te haz ido y tal ves para siempre. Te llevaste tanto contigo: tus ideales, nuestras interminables charlas sobre el mundo y la sociedad y por supuesto nuestro amor.
¿Ahora estarás sentado mirando el cielo pensando en todo lo dejaste atrás; bebiendo un café y con tu libro de Platón? ¿Estarás charlando con alguien más? ¿Pasaras tus horas discutiendo de la paz y las injusticias?
Si tan solo hubieras dicho adiós.
La clase continuaba en el café
Afuera el mundo giraba al revés
Era la loca aventura de la fe
Por cambiar el al revés.
Estoy sentado en la misma mesa de siempre, esperando verte entrar. Ansioso por hablar de la situación mundial, para plantear nuestros dilemas y nuestras ideas utópicas para cambiar a la humanidad.
Un día de octubre a clases no llegó

Un día de octubre un café que se enfrió

Hoy nadie pide un café para platón

Porque él se marchó.
Un día de octubre después de un año de que  te marchaste sin decir siquiera un adiós. Nuevamente camine hasta el café. Me senté en la mesa junto a la ventana que tanto te gustaba. Pedí un café negro y “un café para Platón”. El mesero dejo el pedido y se marcho. Las horas pasaron y termine mi café y el tuyo se enfrió.
Ya son cinco años ya nadie pide una café para Platón, ni siquiera yo.
Dime amigo en que lugar del mundo te hallaras,
Tomando un café junto a Platón…
Yo se bien que tu estarás
Hablando de la paz…. De la paz
Tu siempre dijiste que; la paz
Se escapa entre los dedos de la humanidad
Y los pretendes juntar, son tantas manos
Que no alcanzarás…
Lo mas seguro es que te encuentre en un café en París, Roma, Londres, Madrid o la Habana tomando un café con tu libro de Platón.
Me pregunto si nos extrañaras a todos los que dejaste atrás. Si habrás derramado alguna lagrima al marchar. Si quisiste dar un paso atrás.
Un café para platón que solo se enfrió en mi canción.
Algún día nos encontraremos y tomaremos juntos un café para Platón, y charlaremos de la paz ideando maneras de solucionar los problemas de la humanidad.

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