Aun es temprano, estoy a tiempo para hacerte la visita que siempre te hago para navidad desde hace tres años.
Te llevo rosas rojas y una botella de Soju.
Aun recuerdo esa última navidad que pasamos en casa y ¿tú la recuerdas?
Hacia mucho frio, y tu usabas ese abrigo blanco invierno que te regale la navidad anterior. Te encantaba ese abrigo, desde que te lo regale era tu infaltable de invierno.
- Te ves hermoso con ese abrigo – dije abrazándote por la cintura – ¿te gusta mucho el abrigo? –
- Si, me gusta porque tu me lo diste – dijiste sonriendo –
- Me agrada que te gustara – dije besando tu mejilla –
- Tenemos que comprar lo que falta para la cena de navidad – dijiste feliz –
Caminamos tranquilamente hasta la tienda. Estabas feliz platicándome del nuevo auto de tu hermana mientras te aferrabas a mi brazo.
- Es de color azul y muy amplio a pesar de que por fuera se ve muy pequeño – me comento –
- Debe ser muy bonito – le sonreí –
Compramos algunas verduras, frutas y una nueva estrella para el árbol de navidad, ya que la otra tuvo un pequeño infortunio al estrellarse contra el piso y romperse en mil pedazos. Era una estrella muy bonita hecha de cristal y a pesar de que nos costó un poco encontrar una igual pero lo hicimos. Volvimos a casa con la compra, y tú corriste a poner la estrella en lo alto del árbol. Y pensar que antes no te gustaba la navidad.
- Mira, ¿no se ve lindo? – me dijo –
- Si, muy lindo – dije abrazándote por los hombros –
- ¿tenemos todo para mañana? – me preguntaste –
- Comida para la cena, la casa decorada, regalos, tenemos todo – dije besándolo –
- Que bien – dijo volteando y abrazándome –
Nos fuimos a dormir temprano y te acurrucaste en mis brazos. A la mañana siguiente nos levantamos a las 7:00 a.m. y limpiamos toda la casa, esta noche cenaríamos con nuestras familias. Al medio día paramos un momento para comer.
- Preparare la comida, cariño – dijiste –
- Claro, ¿Qué prepararas? – pregunte –
- Estaba pensando en preparar Kimchi –
- Me parece bien –
Comimos tranquilamente el Kimchi. Siempre te gusto muy picante, al principio eso me molestaba, pero luego me acostumbre.
- Estaba delicioso – te digo mientras lavábamos los platos –
- Gracias amor – dices dándome una hermosa sonrisa –
- No tiene nada que agradecer. Sabes que amo tu comida – te dije –
- ¿solo mi comida? – me pregunto haciendo un puchero –
- Claro que no, a ti te amo mucho mas –
- Yo también te amo –
Vimos la televisión hasta eso de las 14:00 horas. Porque tu fuiste a preparan la comida para la cena de esta noche. Decidiste hacer una cena tipo occidental; de entrada canapés de surimi, de primer plato una ensalada, de segundo plato pavo relleno y de postre cupcakes con decoración navideña y cerezas.
A las 20:00 horas me fui a bañar y cuando salí del baño, tú ya tenias la cena lista. Entraste a bañarte a las 20:30 y estuviste listo a las 21:00 horas. Arreglaste la mesa con un bello mantel y todo lo tuviste listo antes de las 21:30 horas que fue cuando nuestros padres llegaron.
- Buenas noches muchachos – dijeron nuestro padres –
- Buenas noches – los saludamos con un abrazo –
- La cena esta lista, pasen a sentarse – dijiste sonriéndoles –
Comimos tranquilamente la deliciosa cena que preparaste para nosotros. Mis padres te alagaron por el pavo relleno. Luego de comer hablamos hasta tarde y a eso de las 00:30 horas, todos se fueron a sus casas. Y nosotros nos fuimos a dormir.
- Fue muy lindo cenar con nuestras familias – dijiste arropándote –
- Si, espero que el próximo año se repita pero esta vez con toda la familia reunida – dije –
- Ya estoy ansioso de tener a la familia reunida en el año nuevo - dijiste abrazándome –
- Será muy agradable – dije abrazándote –
Seguimos hablando por unos minutos más hasta que nos quedamos dormidos.
- Buenos días – dije en cuanto te vi despertar –
- Buenos días – dijiste besándome –
Estuvimos un momento abrazados en la cama, solo contemplándonos uno al otro. Era tan feliz de tenerte a mi lado.
- Ven, levantémonos – te dije acariciando tu cabello –
- Si, tengo que hacer el desayuno – dijiste levantándote –
Comimos el desayuno y hablamos durante unos minutos. Te tome de la mano y te lleve a abrir los regalos.
- Ten cariño esto es para ti – dije entregándote tu regalo, envuelto en papel de regalo dorado con una cinta color rojo–
- Y este es el tuyo – dijiste entregándome mi regalo, envuelto en papel de regalo plateado y cinta azul –
Abriste tu regalo y me abrasaste mientras me besabas.
- Gracias, gracias. Amo las botas – me agradeciste al ver las botas color gris perla que te regale. Esas botas que hace meses querías – abre tu regalo – me dijiste –
- De acuerdo – dije feliz para comenzar a abrir mi regalo – cariño, no debiste molestarte. Sabes perfectamente que con un perfume o cualquier otra cosa hubiera sido feliz. Pero esto es demasiado caro – dije al ver el teléfono móvil ultimo modelo que tenia entre mis manos –
- Nada de que hubieses sido feliz con cualquier otra cosa. Te lo mereces cariño – dijiste besándome –
- ¿me lo merezco? ¿por qué? – te pregunte –
- Por ser el mejor novio del mundo obviamente –
- Oh cariño, tu también eres el mejor novio del mundo. Pero, no necesitabas regalarme esto. Solo con un besito soy feliz – te dije al tiempo que besaba tu linda mejilla –
- Pero yo quería obsequiarte algo. ¿lo vas a rechazar? – dijiste haciendo un lindo puchero con tu labio inferior –
- No, si te hace feliz me lo quedare – dije abrazándote –
- Eres tan bueno – dijiste para después besarme en lo labios-
Estuvimos todo el día en casa juntos disfrutando de nuestro amor. A las 15:00 horas recibiste una llamada de tu jefe y mejor amigo Park Yoo Chun y tuviste que ir al restaurant a verificar el menú que tenías preparado para mañana, ya que tu Sous chef estaba enfermo.
- Bueno cariño, llego en una hora – dijiste poniéndote tu abrigo blanco y las botas gris perla que te regale – si te da hambre hay algo de Kimchi en la nevera –
- De acuerdo. Vuelve pronto – dije desde la puerta – te extrañare – alce un poco la voz para que me escucharas cuando subiste a tu coche –
Vi en la televisión algunos programas navideños que pasaban a esa hora. Vi el Grinch desde el comienzo hasta el final y vi casi completa The Santa Clause. Cuando me fije ya se había hecho de noche y vi la hora y ya eran las 20:00 horas. Espere media hora mas y me comencé a desesperar por que no llegabas.
Te llame y tu celular salía fuera de servicio. Me sentí inquieto, caminaba de un lado a otro nervioso.
Volví a llamarte y tuve la misma respuesta.
Decidí ver televisión para calmarme un poco. Tome el mando y puse un canal cualquiera.
- En las últimas noticias; Hubo un terrible accidente de tráfico frente al restaurante Soulmate, dos carros deportivos fueron chocados por un camión. Se nos acaba de informar que los afectados en el accidente son los dueños del restaurante. Park Yoo Chun y Kim Jae Joong fueron trasladados al hospital universitario de Seúl.
En cuanto escuche la noticia tome mis llaves y salí a toda velocidad rumbo al hospital. Apenas podía ver el camino por las lágrimas que me nublaban la vista.
Llegue al hospital y fui hasta el mesón de información.
- Disculpe, quiero saber sobre Kim Jae Joong. Lo trajeron aquí después del accidente – le dije a la enfermera –
- Oh si, el doctor estaba intentando comunicarse con la familia del joven. ¿usted es un familiar? – me pregunto –
- Soy su novio – le dije –
- Esta bien, la enfermera lo llevara a la sala de espera – dijo apuntando a la enfermera junto a mi –
Mientras esperaba al medico llame a mis padres y a los padres de Jae Joong. Esperamos hasta que el medico apareció.
- ¿familiares del joven Kim Jae Joong? – pregunto el medico –
- Yo soy su novio y ellos sus padres – le dije al doctor –
- ¿Cómo esta mi hijo? – pregunto el señor Kim –
- Pues, tengo malas noticias. Algo salió mal mientras realizábamos la operación y… - dijo deteniéndose de repente –
- ¿Qué pasa doctor? – le pregunte –
- No resistió la intervención … el joven falleció, lo siento – dijo para después dejarnos solos –
Sentí mi corazón oprimirse contra mi pecho, lagrimas de dolor resbalaban por mi mejillas, solo escuchaba los sollozos de tu madre tan lejanos. Solo pude caer de rodillas llorando desconsoladamente.
El día de tu funeral, todos estábamos bañados en lágrimas, una de tus hermanas susurra tu nombre llena de dolor. Tus amigos incluyendo a Yoo Chun que dejaron salir única y exclusivamente para venir a tu funeral. Esa foto sobre el altar en donde se podía ver tu hermosa sonrisa nos deprimía aún más.
Desde ese trágico día han pasado tres años y sin falta cada año vengo a dejarte las rosas y el Soju.
Estoy frente a tu tumba, tiene flores de tu familia, y veo que también vienen Junsu y Yoo Chun. Yoo Chun cojea desde que se rompió la pierna en el accidente.
- Hola Yunho - me saludo Junsu mientras ayudaba a caminar a Yoo Chun –
- Hola Yunho – también me saludo Yoo Chun –
- Hola chicos. ¿Cómo están? – les pregunte –
- Bien – me contestaron – ¿y tu?
- Estoy bien – les conteste –
Ellos dejaron las flores hablamos un poco y me dejaron solo.
- Te traje el Soju y las rosas – te digo mientras te sirvo el Soju en el pequeño vaso y dejo la botella junto a el – te extraño mucho cariño. Hay días en los que me siento tan vacío al despertar y no encontrarte junto a mí. Al no poder ver tu sonrisa. No poder besarte o abrazarte… estos años han sido tan duros. Cuando te fuiste mi mundo se derrumbo. Intente salir con otras personas, pero, ninguna se compara contigo. Si pudiera volver el tiempo atrás, evitaría a toda costa que salieras de casa. pero es tarde para eso y ya te perdí. Solo espero volvernos a encontrar, volvernos a amar con locura y no separarnos más. Nos vemos cariño. Volveré, te lo prometo. Te amo Jae Joong – dije levantándome para marcharme –
Camine fuera del cementerio con las manos en los bolsillos cuando me sentí observado. Voltee a ver quién era y me encontré contigo, tu rostro feliz, el abrigo blanco, tus pantalones negros ajustados y las botas gris perla. Tenías el mismo atuendo que el día en que te accidentaste. Frote mis ojos y parpadee varias veces hasta que volví mi mirada hasta donde estabas parado y ya no estabas. Supongo que mi imaginación me esta haciendo una mala jugada.
- Yo también te amo Yunnie – susurro el chico vestido de blanco que se escondía tras una estatua, para seguidamente desvanecerse. Esas dulces palabras nadie las oyó, solo se las llevo el viento para quizá llegar a los oídos de su ser amado –
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